Por: Redacción/
Antes las enfermedades tardaban de cuatro a cinco años en esparcirse de un país a otro, ahora les lleva días, incluso horas, y para analizar su comportamiento y movilidad, así como para identificar zonas con mayor número de personas contagiadas, los modelos matemáticos son una herramienta fundamental, afirmó José Luis Mateos Trigos, investigador del Instituto de Física (IF) de la UNAM.
Décadas atrás se utilizaban medios de transporte como carretas, caballos, o a pie, pero hoy en día los virus y bacterias se esparcen tan rápido como la movilidad humana, dijo durante su participación en “El Aleph. Festival de Arte y Ciencia. Las Posibilidades de la Vida: COVID-19 y sus Efectos”.
“En la pandemia por COVID-19 los modelos matemáticos indican con ecuaciones diferenciales qué tanto aumentó o disminuyó el número de infectados, a través de curvas que vemos todos los días; con esto sabemos cuál es la probabilidad de infección, que se supone es proporcional al número de personas susceptibles y al número de personas infectadas”, explicó.
Esas proyecciones y seguimiento son importantes para la toma de decisiones, dijo.
Desde que empezaron a presentarse los primeros casos de coronavirus en México, la curva fue creciendo exponencialmente, y se espera que en los próximos días llegue a un máximo de infectados y comience a declinar, pues ya no habrá personas a quien contagiar. “Esto puede ser porque ya se recuperaron o siguen contagiadas, con inmunidad”.
El universitario informó que mediante la aplicación CORONAVIRUS|UNAM https://coronavirusapoyamexico.c3.unam.mx/preview desarrollada en el Centro de Ciencias de la Complejidad de la UNAM con reportes de la misma población, se realiza un seguimiento de la transmisión del SARS-CoV-2. El objetivo es elaborar modelos epidemiológicos que permitan identificar zonas donde se presenta un mayor número de personas con síntomas compatibles con COVID-19 ayudando a la toma de decisiones.
Detalló que existen modelos muy complicados, y muchos otros se han ido sofisticando, como los de comportamiento. Otros tienen que ver con infecciones que se propagan vía intermediario; los de metapoblación, donde se incorporan redes de contacto, redes sociales o de transporte. También, modelos de agentes, en los que se hacen simulaciones, “como uno reciente desarrollado en Europa para medir el efecto del confinamiento”.
Movilidad y redes
De acuerdo con Mateos Trigos, “con base en la movilidad humana y las redes surgió la idea de usar aplicaciones en teléfonos móviles para reportar o confirmar casos de personas infectadas, y también darle seguimiento a la gente con la que tuvieron contacto, estableciendo así redes de contacto para trazar su movilidad y estar alerta sobre posibles contagios”.
La movilidad humana empezó a estudiarse recientemente con tecnología moderna, y con ella se puede muestrear, trazar y obtener datos de la huella digital de la población; es decir, “lo que la gente va dejando en su vida cotidiana”, detalló.
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