Por: Redacción/
Al presentar su más reciente libro “El niño que tocó las estrellas”, en la Feria Universitaria del Libro (FUL) 2018, organizada por la Universidad Autónoma del Estado de Hidalgo (UAEH), el astronauta de origen mexicano José Hernández, declaró que todo en la vida es posible, incluso alcanzar los luceros del espacio.
Frente a cientos de jóvenes que se dieron cita para escuchar su charla en el Auditorio “Josefina García Quintanar”, del Polifórum “Carlos Martínez Balmori”, José Hernández expuso cuál fue su camino para participar en la misión número 128 de la NASA, a través del Discovery, con el fin de proveer suministros y equipo como ingeniero de vuelo a la Estación Leonardo y completar 14 días en el 2009.
“Yo estoy aquí como prueba para decirles que todo es posible en la vida, incluyendo alcanzar las estrellas”, manifestó José Hernández, quien previamente narró sus inicios en Estados Unidos como miembro de una familia campesina, la cual viajaba a tres lugares de California para la siembra y cosecha agrícola. Además, en invierno se regresaban a México durante tres meses y después emprender el mismo ciclo en la Unión Americana.
Relató que su profesora de segundo grado tomó fuerzas para ir a hablar con sus padres y señalarles que José y sus otros tres hermanos tenían grandes aptitudes para el estudio. “De lunes a viernes íbamos a la escuela, fines de semana y todos los días en las vacaciones, nos la pasábamos en el campo”.
La visita de su maestra hizo cambiar la opinión de sus padres, quienes decidieron reducir sus viajes a México a únicamente las tres semanas de vacaciones de la escuela. Así, él y sus hermanos pudieron continuar sus estudios, licenciarse y obtener grados académicos.
Acerca de cómo inició su sueño como astronauta, José Hernández indicó que un día se encontraba con su familia observando, en la televisión, las caminatas lunares de los tripulantes del Apolo 17, en 1972. “Yo le dije a mi padre aquel día que mi sueño era ser astronauta, porque no podía creer que el ser humano podía hacer eso en el espacio”, refirió.
Compartió que en ese momento su padre le dio cinco enseñanzas que nunca olvidará: “Decide lo que quieres ser en la vida, define tu meta; reconoce qué tan lejos estás de esa meta; traza la ruta para llegar a ella, enfócate; no hay sustituto para el estudio y la preparación, y esfuérzate mucho, siempre entrega más de lo que la gente espera”.
El Ingeniero en electrónica señaló que a esa receta para el éxito le agregaría la perseverancia, ingrediente que le ayudó a no desistir en su sueño de ser astronauta, pues realizó pruebas para la NASA en 11 ocasiones. “Si yo me hubiera dado por vencido, nunca me hubieran dado este traje. Hay que prepararnos”, puntualizó.
Durante la sesión de preguntas, un estudiante se mostró impresionado por estar frente a un verdadero astronauta y, sin dudar, lo cuestionó sobre su experiencia en el espacio. “Se canceló dos veces el viaje, pero cuando por fin se realizó, duró ocho minutos y medio”, apuntó, al añadir que después orbitó la tierra para ver anochecer y amanecer 217 ocasiones.
En ese tiempo, dijo, pudo acercarse a la ventana para ver el planeta y alcanzó a ver una capa muy delgada que protege de los rayos del sol. Además, en se instante estaba sobrevolando América, “lo que me sorprendió es que no podías ver donde terminaba Canadá y empezaba Estado Unidos. Tuve que salir de este mundo para comprender que las fronteras son conceptos que el humano ha creado, porque en realidad somos uno, un mismo planeta”, externó.
Acerca del proyecto que trabaja la Autónoma de Hidalgo con la NASA y la participación de los universitarios en dicho organismo, indicó que le parece interesante que las instituciones de educación mexicanas ya se abran paso de esta manera, para mostrar al mundo su trabajo de investigación.
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