Para superar los problemas que nos aquejan, aprovechar las potencialidades de América Latina y el Caribe, que son muchas, se necesita, entre otras cosas, de más y mejor educación, afirmó el rector de la UNAM, José Narro Robles, al recibir el doctoradohonoris causa por la Universidad de La Habana (UH), la más alta distinción académica que otorga esa institución cubana.
En la ceremonia de investidura dijo que la educación por sí sola no acaba con todos los problemas, pero que sin ella ninguno de los importantes tiene solución. Tampoco se solventarán si no tenemos claro que nuestra principal riqueza son los jóvenes y que su educación es prioritaria; a partir de ella y con ellos se construye el porvenir.
En el Aula Magna expresó: “ahora que Cuba entra en otro ciclo de su historia, deseo fervientemente que termine el bloqueo y se eliminen las barreras impuestas contra esta sociedad. Hago votos porque el pueblo cubano se vea beneficiado con las nuevas realidades.
“En especial, espero que en esta etapa logren mantener los principios que les han caracterizado. Lo material importa, sin embargo, resueltas las necesidades fundamentales, no debe ser lo más valioso para los individuos y menos para las colectividades. Los valores laicos, la dignidad, el honor, el libre albedrío, la solidaridad y el compromiso colectivo también cuentan y pesan mucho”.
Este reconocimiento, relató el rector de la UNAM, me remonta a los años de mi infancia y adolescencia, me recuerda momentos cruciales en el desarrollo de mi vocación, de mi formación personal y profesional, además de que reafirma mi confianza en las instituciones públicas de educación y de salud.
Estos últimos elementos de la política pública constituyen los igualadores sociales por excelencia. El acceso universal a estos dos satisfactores hace la diferencia. “Ustedes saben que esto es cierto. Ustedes valoran la importancia del esfuerzo realizado. Sé que han tenido que sacrificar otros satisfactores. Sé que ustedes decidirán cuándo habrán de avanzar en su consecución. Eso les corresponde a ustedes y a nadie más”, abundó.
En el acto, donde Noris Tamayo Pineda, directora del Centro de Estudios de la Administración Pública de esa institución educativa dio lectura a la resolución rectoral por la que se otorgó la “categoría especial de doctor honoris causa”, el rector Narro Robles destacó que la UH tiene una larga historia en la formación de jóvenes cubanos. Se trata de una de las primeras universidades organizadas en América Latina, una que en 13 años cumplirá 300 de existencia.
Como muchas de las universidades fundadas en la época colonial en nuestro continente, esta institución ha evolucionado de manera paralela a su país y ha sido protagonista en distintos momentos de la historia nacional. No obstante sus cambios, siempre ha estado al servicio de la educación de los jóvenes, de la ciencia y la cultura, del saber y del hacer, de la técnica y los valores.
El sentimiento de gratitud y emoción que hoy siento al recibir este reconocimiento se intensifica por varias razones; también, porque en esta Universidad se han formado personajes importantes de la historia contemporánea de Cuba, refirió.
Asimismo, señaló que “la distinción que se me concede es un reconocimiento no de orden personal, más bien uno dedicado a la comunidad que represento, para la UNAM y para las instituciones públicas de educación superior de mi nación. Un reconocimiento que recibo, pero que representa, en mucho, el aprecio de Cuba por México y el vigor que se quiere dar a las relaciones de nuestros dos países”.
En su oportunidad, Gustavo Cobreiro Suárez, rector de la Universidad de La Habana, resaltó que “científica, humanista, al servicio de México y de sus ciudadanos, la UNAM marcha hoy a la vanguardia del desarrollo intelectual y tecnológico en nuestro continente”.
A México y su principal casa de altos estudios nos unen entrañables lazos de amistad y cooperación. En el plano académico, recordó, la UH ha mantenido una fructífera relación, de décadas, con sus homólogas y con la intelectualidad del país hermano; 15honoris causa de esa casa de educación son mexicanos.
Entre ellos, sobresalen nombres tan prestigiosos como los del sabio humanista Alfonso Reyes; el ensayista, poeta y diplomático Jaime Torres Bodet, director general de la UNESCO entre 1948 y 1952; y el destacado sociólogo Pablo González Casanova, condecorado en 2003 con el Premio Internacional José Martí por su defensa de la identidad de los pueblos indígenas de América Latina, entre otros.
A la lista se une José Narro que, durante su desempeño al frente de la UNAM, ha impulsado y liderado los procesos de integración universitaria en América Latina y el Caribe, y defendido el concepto que compartimos plenamente de que la educación superior es un bien público y responsabilidad de los Estados.
“A usted, rector, le agradecemos profundamente su amistad y solidaridad con las mejores causas del mundo y de Cuba”, finalizó Cobreiro Suárez.
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