- La tibieza por parte del morenismo ortodoxo polarizó el debate al grado de generar confusión en la postura del mandatario Andrés Manuel López Obrador al desconocer la profundidad del concepto: “rompa el pacto presidente”.
Por: Israel Mendoza Pérez/@imendozape
Los destellos de feminismo en la Comisión Nacional de Honestidad y Justicia (CNHJ) de Morena fue un detonante para reponer el proceso para la valoración del perfil del aspirante al gobierno de Guerrero y con ello hacer de lado a Félix Salgado Macedonio. La tibieza por parte del morenismo ortodoxo polarizó el debate al grado de generar confusión en la postura del mandatario Andrés Manuel López Obrador al desconocer la profundidad del concepto: “rompa el pacto presidente”.
La manera en que el movimiento feminista se movió para exhibir a un Félix Salgado Macedonio indómito, vía redese sociales, motivó una de las decisiones sólidas que tomó el partido en el poder. Y es que fueron los perfiles de quienes integran la Comisión Nacional de Honestidad y Justicia de Morena lo que estimuló la empatía interna de lo que existió fuera de la esfera del partido en el poder. De los cinco integrantes, al menos tres pertenecen y trabajaron en la lucha feminista. La presidenta de la CNHJ, Eloísa Vivanco Esquide se declara activista social y feminista de izquierda. La secretaria Donají Alba Arroyo, aliada de la agenda LGBTTTI y Zazil Carreras Ángeles es abogada feminista comprometida con la lucha social y derechos humanos.
Perfilado el mes de la mujer, la comisión conformada por un bloque feminista se decidió a calmar las exigencias de los grupos opositores a tener un candidato con alto nivel de desaprobación. Si bien Salgado Macedonio no pierde sus derechos políticos, si le genera un antecedente de que sus excesos sí están bajo lupa.
La ruta para hacer de lado a Salgado Macedonio no fue compleja. Sin ser una autoridad judicial siguió de oficio un procedimiento y al menos se respetó un proceso interno. Sin embargo, ahora se apunta a la nueva contienda Nestora Salgado, la ex comandanta de la Policía Comunitaria de la Coordinadora Regional de Autoridades Comunitarias (CRAC) del Municipio de Olinalá.
A través de un mensaje en redes sociales se definió: “Ya es tiempo que una mujer de lucha social fuerte, y sobre todo que venga del pueblo gobierne Guerrero”.
Con ella se radicalizan distintos temas de la agenda de seguridad y justicia. Lo malo es que sobre ella pesan acusaciones de secuestro e incluso, el retomar la candidatura trae la sombra de Pablo Amílcar Sandoval, el hermano de la secretaria de la Función Pública, Irma Eréndira Sandovaly cuñado del intelectual orgánico de la cuatroté John Ackerman.
De nueva cuenta viene un reto para Morena. Postular a candidatos con manchones en su curriculum que a la larga generan una opinión adversa y que a final de cuentas se convierten en un lastre en pleno inicio del periodo electoral y con ello perder en la arena mediática lo que se puede evitar si se pone mayor rigor en la selección de abanderados.
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