Por: Redacción/

Porque cuando se releen los clásicos de la literatura se desvelan misterios entre líneas sobre la inspiración y las influencias de cada autor, “con este ensayo intenté encontrar el dominio que la narrativa de la Revolución Mexicana tuvo sobre Juan Rulfo en su clásico Pedro Páramo”, señaló el maestro Carlos Gómez Carro.

En la presentación de su libro El preciado Páramo de Rulfo, el profesor investigador de la Unidad Azcapotzalco de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM) dijo haberse sentido motivado por el estilo y la narrativa tan singular en formato de pequeños textos autónomos que asemejan un álbum de estampas fotográficas, que caracterizan la novela Pedro Páramo.

“Hasta ahora no existía un texto que indagara sobre la influencia que el periodo revolucionario tuvo sobre Rulfo, investigación que me condujo a los clásicos de la literatura nacional de la época como Los de abajo de Mariano Azuela, pasando por la narrativa cristera y que posteriormente condujeron al boom latinoamericano”, señaló el académico del Departamento de Humanidades de la Unidad Azcapotzalco.

A su vez el escritor jalisciense influyó en escritores como Julio Cortázar o el cubano Daniel Chavarría, quienes también narraron en formatos cortos a modo de postales o fotografías, que independientemente del orden de lectura lograron contar innovadoramente una historia de impacto global.

El texto de Juan Rulfo es en realidad la afortunada conjunción de dos novelas: una narra la llegada de Juan Preciado a Comala mientras la otra describe la historia de ese pueblo sojuzgado por la figura del padre de Juan, Pedro Páramo. Concebida a partir de 70 fragmentos la novela cumple con el sueño de Mallarmé de crear una obra que pudiese comenzar y concluir en cualquier parte.

El ensayo titulado El preciado páramo de Rulfo fue presentado en el Centro de Difusión Cultural Casa del Tiempo de la UAM, publicado por la Editorial Cisnegro con el propósito de contribuir a la discusión inagotable de esta obra paradigmática del siglo XX.

La doctora Rocío García Rey escritora de cuento, poesía y ensayo dijo que el texto de Gómez Carro es sugerente porque permite al lector sumergirse en los laberintos literarios que alimentaron al autor de El llano en llamas y a sus creaciones literarias, hallando conexiones, juegos intertextuales y diálogos con otras obras, destacando las relaciones librescas y literarias con Ramón López Velarde o Efrén Hernández.

Otro elemento plausible del ensayo, “es que Rulfo se ha situado en la yuxtaposición entre historia de vida y creación literaria, haciendo del texto una especie de acompañamiento para ir encontrando las claves de símbolos y analogías entre lecturas y autores”.

La doctora García Rey dijo que se trata de un trabajo para armar y desarmar esas instantáneas de las que está hecha la novela, con la cual de acuerdo con Gómez Carro se cierra el ciclo de la novela de la Revolución Mexicana.

Evodio Escalante, crítico literario, poeta y ensayista, se refirió que como conocedor de la literatura mexicana el autor de El preciado páramo de Rulfo con fino olfato encontró las múltiples referencias tanto de la prosa como de la poesía.

“El autor muestra una sensibilidad especial para detectar una abundante red de sustituciones, suplantaciones y paralelismos dados entre distintos personajes de la novela de Rulfo, con sensibilidad rítmica no aplicada al silabeo del verso sino a la composición de la trama, resultando admirables los paralelismos que el autor encuentra entre López Velarde y los versos de Rulfo”, sostuvo el docente del Departamento de Filosofía de la Unidad Iztapalapa de la UAM.

Parece inobjetable que Gómez Carro sostenga que la novela de Rulfo entre en la filiación de una obra abierta, destacando que el autor ha renovado los ojos de sus lectores para adentrarlos en el clásico inagotable, afirmó el investigador.

Mercedes Alvarado dijo que sin dejar de lado el rigor del ensayo con normas y técnica, Gómez Carro se acerca a la poesía intrínseca de lo que hay en la obra de Rulfo desde un asomo sencillo pero profundo como lector antes que como académico o investigador, para contar la historia del hombre que se mató y silenció para que su personajes pudieran hablar a través de los murmullos, logrando un ensayo muy acertado.