Por: Redacción/
Más de cincuenta fosas comunes y al menos 43 tumbas fueron halladas en el noreste de la República Democrática del Congo, donde el mes pasado murieron casi 900 personas por enfrentamientos entre comunidades étnicas.
Según la Oficina del Alto Comisionado para los Derechos Humanos, la violencia entre las comunidades Batende y Bununu cerca de la ciudad de Yumbi, en la provincia Mai-Ndombe, comenzó unas semanas antes de las elecciones presidenciales que se llevaron a cabo el 30 de diciembre.
“Hay alrededor de cincuenta fosas comunes y fosas individuales que hemos identificado. Lo que sugiere que el número de muertos es bastante alto. Una fosa común, según el tamaño, podría contener de cinco a diez cuerpos, y a veces hasta cien o más “, dijo Abdul Aziz Thioye, jefe de la Oficina en el país. Las víctimas habrían sido enterradas por sus propias comunidades.
Hace dos semanas la ONU había denunciado los informes sobre la violencia que dejó también a 82 personas heridas y 465 casas y edificios saqueados o quemados, entre los que se encontraba un puesto de salud, un mercado y la oficina de la Comisión Electoral Independiente.
La mayoría de la población de las aldeas impactadas ha sido desplazada, y al menos 16.000 huyeron a través del río Congo en busca de refugio.
La Oficina de Derechos Humanos de la ONU realiza una investigación sobre los hechos.
“Es crucial que esta violencia impactante sea investigada a fondo, a fondo y que los responsables sean llevados ante la justicia. Esto es esencial para garantizar la justicia para las víctimas de estos horribles ataques, pero también para prevenir nuevos episodios de conflictos intercomunales, y para abordar la ira y los sentimientos de injusticia grave que de otro modo podrían conducir a ciclos repetidos de violencia”, declaró Michelle Bachelet en un comunicado publicado el pasado 19 de enero.
El ébola también se lleva vidas
Una sobreviviente del ébola en la República Democrática del Congo baña a su hijo de seis meses, quien padece de la enfermedad.© UNICEF/Hubbard
Una sobreviviente del ébola en la República Democrática del Congo baña a su hijo de seis meses, quien padece de la enfermedad.
También en la zona noroeste del país, han pasado seis meses desde que comenzó el mortal brote de ébola, y ya se trata del segundo más grande en la historia después del de África Occidental en 2014, advirtió este miércoles el Fondo de la ONU para la Infancia UNICEF.
Más de 740 personas, de las cuales el 30% son niños, han sido infectadas con la enfermedad. De ellas, 460 murieron y 258 han sobrevivido el virus.
La respuesta a este último brote continúa siendo obstaculizada por la inseguridad, el movimiento frecuente de personas en las áreas afectadas y la resistencia de algunas comunidades.
“Si bien se ha podido controlar en gran medida la epidemia en Mangina, Beni y Komanda, el virus continúa propagándose en Butembo, debido a la inseguridad”, declaró el representante de UNICEF para ese país, Gianfranco Rotigliano.
Desde el comienzo de la epidemia, UNICEF y sus socios han desplegado más de 650 empleados para trabajar con el gobierno, la sociedad civil, las iglesias y las organizaciones no gubernamentales, para ayudar a las personas que han sido infectadas y sus familias, y para crear conciencia sobre las mejores prácticas para evitar la propagación del ébola.
La respuesta se centra en la participación de la comunidad, el suministro de agua y saneamiento, la protección de las escuelas y el apoyo a los niños y las familias afectadas. UNICEF se encuentra ampliando su respuesta y desplegando personal adicional en la zona de Butembo, donde han ocurrido el 65% de los nuevos casos de ébola en las últimas tres semanas.
No Comment