Por: Redacción/
La reducción de entre 1.5 y 2 grados en la temperatura del planeta entre otras metas ambientales del Acuerdo de París están en riesgo de cumplirse ante la salida de Estados Unidos del pacto climático y “lo que nos salvará es la conformación de movimientos globales que formen una masa crítica de jóvenes –el sector mayoritario de la población– que determine pautas de consumo y producción futuras”.
En esos términos evaluó el doctor Rafael Calderón Contreras, investigador de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM), la decisión del gobierno de Washington del Acuerdo de París –firmado en 2015 por 195 países– así como las perspectivas de acciones sociales con una visión integral y no local sobre el calentamiento de la Tierra.
El planeta depende de grupos internacionales que han impactado la conciencia de la población joven, por ejemplo Fridays for future (Viernes por el futuro), convocado por Greta Thunberg, toda vez que para la preservación de la naturaleza no hay soluciones técnicas o tecnológicas que funcionen, pues es tan complejo lo que ocurre que la solución no se dará sólo con la tecnología.
La masa crítica constituida por la juventud necesita permear todas las generaciones que habitan el mundo. “A Greta Thunberg se le ha criticado mucho por ser sueca, por haber vivido con privilegios y no tener necesidades como aquellos que viven al día, pero esas observaciones pierden sentido ante la necesidad de hacer conciencia general del problema que vivimos, ya que estamos en una urgencia medioambiental que debemos afrontar como humanidad”.
El docente del Departamento de Ciencias Sociales de la Unidad Cuajimalpa puntualizó que el abandono del gobierno estadounidense del pacto climático multilateral es un asunto con implicaciones simbólicas, pues cuando se habla de la necesidad de unidad en un momento de crisis, una sola nación esgrime sus razones centradas únicamente en sus intereses particulares.
El doctor en Desarrollo Internacional y Medio Ambiente estableció que naciones clave en los acuerdos políticos internacionales en materia medioambiental son Estados Unidos, China y Rusia, y una de las primeras consecuencias de la salida del Acuerdo de Paris es que se disipan las regulaciones fuertes en torno a la generación de polución y residuos por parte de empresas de EU, país considerado entre los principales productores de contaminación a nivel mundial.
“El vecino del norte pone la barra hacia donde van las políticas públicas, muchos de los estándares que tenemos son europeos o estadounidenses, y al salirse de este acuerdo esas regulaciones quedarán sin sustento”.
Con esta perspectiva se complican las negociaciones en la Cumbre del Clima (COP25) que se celebrará en diciembre en Madrid, España, pues será complicado llegar a acuerdos cuando una nación tan importante abandona el pacto.
El especialista refirió que el Acuerdo de Paris fue histórico, pues por primera vez casi 200 países acordaron un límite de emisiones, que alega EU es injusto para ellos tener que limitar su producción y restringir su forma de vida, el sueño americano, para que otros países puedan seguir contaminando.
“Esa posición que se quiere imponer al mundo es muy egoísta y tiene un sustento ideológico acorde al lema Make America great again, hagamos a los americanos más fuertes sin que importe lo que suceda con los habitantes de otros países, porque lo que interesa es el ciudadano americano”.
La base electoral que apoya a Donald Trump comulga con la ideología de América para los americanos, por lo que necesitan asegurar que el sueño americano sobreviva: “que si quiero consumir, comprar y producir sea mi derecho divino”.
El Acuerdo de Paris se sustenta en la idea de que toda acción tiene un impacto global más allá del lugar donde se realice, concluyó Calderón Contreras.
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