Por: Redacción/
La diputada Karina Sánchez Ruiz (NA) propuso exhortar a la Secretaría de Salud para que, conforme a sus atribuciones, implemente campañas de prevención a fin de combatir el aumento indiscriminado del trastorno bipolar en los jóvenes.
En un punto de acuerdo que analiza la Comisión de Salud, precisó que esta enfermedad afecta tanto a hombres como a mujeres, y a nivel mundial lo presentan entre un 0.2 a 1.6 por ciento de la población. En México, cerca de tres millones de personas lo padecen.
De acuerdo con la Secretaría de Salud, este trastorno es una afección en la cual una persona presenta periodos de depresión y de manía que pueden variar en tiempo e intensidad. Para la Organización Nacional de Trastorno Bipolar y Depresión, AC, es una enfermedad que produce alteraciones emocionales a lo largo de la vida de las personas que lo sufren.
“Se trata de una serie de cambios drásticos en la conducta de las personas, que pasan de un estado de ánimo alegre, contento y feliz, a de repente estar molesto, deprimido y sin esperanzas, o viceversa, dependiendo de cada caso en particular”, añadió.
Datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS) clasifica al Trastorno Bipolar como una de las 10 principales causas de discapacidad en el mundo. Además, se da en las últimas etapas de la adolescencia o al principio de la adultez, es decir, entre los 15 y 25 años de edad. Sin embargo, “este problema se puede desarrollar durante cualquier etapa de la vida”.
Sánchez Ruiz argumentó que este padecimiento es muy común entre la población mexicana, por lo que uno de los principales retos es el diagnóstico oportuno. Se considera pertinente que la autoridad sanitaria promueva campañas encaminadas a hacer del conocimiento de la población las causas y consecuencias de padecer el trastorno de bipolaridad.
“Una vez cumplido este cometido, se puede brindar a las personas que lo padecen un tratamiento médico eficaz, con el fin de evitar un deterioro cognitivo producido por las distintas alteraciones emocionales que enfrentan a diario”.
Mencionó que a pesar de que los tratamientos psiquiátricos y psicológicos permiten controlar la mayoría de las enfermedades mentales, “la población mexicana con trastorno bipolar continúa siendo víctima de marginación debido a la falta de información, a los sistemas de atención y diagnóstico poco eficaces, a las políticas de apoyo casi inexistentes y a los todavía muy arraigados prejuicios sociales”.
La diputada señaló que sólo la mitad de los tres millones de mexicanos con trastorno bipolar recibe tratamiento médico, de modo que la otra mitad enfrentan problemas de convivencia social, rechazo e, incluso, ignoran que son víctimas de dicha enfermedad.
“Esta manía se vuelve en la mayoría de las ocasiones una enfermedad discapacitante, a tal grado que se le atribuye la pérdida de aproximadamente 14.3 años de vida productiva en quien la padece, así como un factor negativo que repercute totalmente en el ambiente social, sentimental, laboral, económico, familiar y personal”, añadió.
Puntualizó que entre los inconvenientes más recurrentes derivados de la falta de atención del trastorno bipolar, están la pérdida del trabajo por los desajustes emocionales, los problemas legales en que se han visto inmiscuidos, los daños causados a terceras personas y, en algunos casos, los atentados en contra de su propia vida.
Conforme a estudios del Laboratorio de Genómica de Enfermedades Psiquiátricas y Neurodegenerativas, una persona con trastorno bipolar tiene 90 por ciento de posibilidades de heredar la enfermedad a sus hijos.
Hizo votos por impulsar estrategias de prevención de las enfermedades como la bipolaridad, con el propósito de evitar que la juventud contraiga este padecimiento que perjudica sus hábitos de vida y su relación con las demás personas. Ante ello, es urgente que la autoridad sanitaria implemente campañas de prevención.
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