Por: César Domínguez Pérez
Cuando todos te señalan como un don nadie, un calienta bancas, un eterno suplente, un fracaso y mil insultos más, apareces de la forma más sutil para callarnos la boca y decir que ahí estás.
Eres de esos jugadores y seres humanos que no se hacen pequeños ante las críticas, dejas claro que no es un retroceso el momento que vives en tu carrera, sino más bien es una nueva forma de agarra impulso.
Tienes en tus pies la buena fortuna de salir siempre adelante y sin importar qué o quiénes están en tu contra, los dejas callados de la mejor manera que puede hacerlo: CON GOLES.
Te estás convirtiendo en una figura a seguir para muchas personas en el mundo y estoy seguro que en Alemania vas ganarte el respeto de aficionados del Bayer Leverkusen y de tus rivales.
Cinco goles en una semana es de destacarse, pues pocos jugadores consiguen algo así y más con lo competitivo que se vuelve este deporte en el mundo.
Esos cinco goles, que aunque muchos hacen menos por su hechura, valen puntos y pases para tu club, que es el único que debe de exigirte, aunque creo que en este momento esta muy contento contigo.
Tú lo dijiste, puedes presumir haber jugado en dos de los mejores equipos de fútbol de la historia y de haber anotado goles con sus respectivas playeras.
Es por eso que yo me trago todas las críticas que te pude haber hecho algún día, me guardo todos mis insultos hacia tu persona y quiero pedir una disculpa si alguna vez te ofendí de fea forma y sin fundamentos.
Ya que no sólo trabajas por tu bien y por tus propios intereses, haces todo con una dedicación impecable con tal de ser aceptado muchas veces por la gente que debería ser aceptada por ti.
Comenzaste con la sombra de una familia futbolera al ciento por ciento, pero poco a poco te fuiste quitando etiquetas y te gaste con honores el reconocimiento que deberían de darte todos.
Gracias Javier, gracias porque eres una muestra de que sí se quiere, se puede. Tu lo estás logrando, pero estamos seguros que esto es apenas es el inicio de algo que impactará incluso a tus detractores, que te dirán: PERDÓN CHICHARITO.
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