- Además del uso de cubrebocas y la sana distancia, la ventilación de los espacios y la temperatura serán esenciales; expertos coincidieron en la necesidad de modificaciones en ocupación y arquitectura.
Por: Redacción/
En la Casa abierta al tiempo hay condiciones para un regreso presencial paulatino y seguro a las actividades académicas acatando recomendaciones como el uso de cubrebocas, guardar distancia y la ventilación de los espacios pero, sobre todo, que la comunidad sea responsable ante esta nueva normalidad impuesta después de 15 meses de pandemia por el virus SARS-CoV-2, concluyeron expertos en epidemiología, medicina, física y arquitectura de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM).
Durante la emisión UAM ConCiencia con la temática ¿Regreso a las aulas? Qué nos ha enseñado la ciencia para un regreso seguro, el doctor Manuel Rodríguez Viqueira, profesor del Departamento de Teoría y Procesos del Diseño de la Unidad Cuajimalpa, señaló que están dadas las condiciones para un retorno gradual con algunas modificaciones tanto en ocupación como arquitectura para contar con una ventilación cruzada.
“Lo más importante debe ser la salud de la comunidad y creo que con el conocimiento que tenemos podemos ser capaces de seguir funcionando adecuadamente, pero todos debemos ser conscientes que no será lo mismo, aunque nuestro compromiso mayor continúa siendo que la UAM se mantenga como una universidad importante, capaz de resolver este problema”.
La propuesta del doctor en arquitectura va dirigida a la modificación de ventanas de vidrio fijas a corredizas y apoyos presenciales con aulas equipadas con equipos de cómputo –que deberán estar separados tres metros– y conexión a internet en cada unidad para aquellos estudiantes que no la tengan en casa.
En tanto, los salones de 20 metros cuadrados sólo podrán concentrar a seis estudiantes; los de 50 metros, a 16 y los más grandes de 60 metros cuadrados, podrán albergar a un máximo de 20 jóvenes con las debidas medidas de higiene, además de que solo asistirán al plantel una vez a la semana.
Los docentes, una vez que concluyan sus clases, no podrán recurrir al cubículo y los administrativos también deberán rotar su actividad y trabajar a puertas abiertas.
La doctora Silvia Hidalgo Tobón, docente del Departamento de Física de la Unidad Iztapalapa, aseguró que “definitivamente no podemos dejar de lado la ciencia, tenemos que pensar y tomar en cuenta todo lo que nos está diciendo el estudio de los flujos de aire al estornudar o toser expulsados por un paciente con COVID-19, porque las partículas tienen velocidades de 10 metros por segundo, algunas caen al suelo, pero las que nos deben interesar son aquellas en forma de aerosol, que permanecen flotando en el aire y pueden estar ahí por horas o días”.
Entonces, en esta vuelta paulatina el uso del cubrebocas jugará un papel importante y dado que ahora la Ciudad de México pasó a semáforo verde se genera mayor confianza entre las personas, por lo que la ventilación de los espacios y la temperatura serán esenciales para propiciar que el aire sea cruzado.
La académica reconoció que el riesgo cero no existe y, por tanto, “tenemos la obligación de estudiar estos espacios y disminuir lo más que se pueda el riesgo y adaptarnos a esta nueva realidad, buscar nuevos caminos, pero de la mano de la ciencia, en beneficio de la salud de alumnos, académicos y administrativos”.
La doctora Frida Rivera Buendía, investigadora del Medical College of Wisconsin, Estados Unidos, subrayó que en este momento es importante la responsabilidad colectiva, de ser empático con lo que está sucediendo y una de las preocupaciones es cómo se comportará la comunidad al regreso y el acatamiento de las recomendaciones.
“El punto es tratar de aprovechar la evidencia que aporta la ciencia para tomar mejores decisiones y que la comunidad cumpla y tome en cuenta todas las advertencias, pues si bien queremos volver y ya estamos cansados y desesperados, debemos hacerlo de una manera ordenada más allá del estatus de vacunación, porque si bien las inmunizaciones disminuyen el nivel de transmisión los casos positivos no desaparecerán”.
La experta detalló que a diferencia de lo que se creía en marzo de 2020, que el virus se transmitía sólo por gotas respiratorias, a lo largo de meses se ha visto que es un microroganismo más eficiente, por lo cual es imperativo tener sistemas efectivos para la detección, porque los casos seguirán presentándose “ya que el SARS-CoV-2 llegó para quedarse”.
Los especialistas coincidieron en no bajar la guardia, continuar con el uso de cubrebocas dentro y fuera de los planteles universitarios, lavado continuo de manos, el uso de gel antibacterial y guardar la sana distancia, pero rechazaron la presentación de la constancia de vacunación.
El doctor Rafael Bojalil Parra, académico del Departamento de Atención a la Salud de la Unidad Xochimilco y moderador del programa de UAM conCiencia, destacó que, más allá de las gotas, los aerosoles son la principal fuente de contagio y los lugares cerrados es donde pueden permanecer flotando y conteniendo el virus por muchas horas.
Por tanto, la Organización Mundial de la Salud (OMS) recomienda el uso correcto del cubrebocas, que debe cubrir boca y nariz, y en el caso de los estudiantes cobra mayor importancia por los trayectos de casa a la escuela y viceversa en el transporte colectivo público en el que no es posible guardar la distancia recomendada.
La serie UAM ConCiencia –transmitida en línea a través de YouTube y Facebook– fue convocada por la Dirección de Apoyo a la Investigación de la Casa abierta al tiempo como un espacio de diálogo entre científicos, la comunidad de esta casa de estudios y la sociedad que abordó en cinco emisiones entre marzo y junio asuntos vitales alrededor de la pandemia de COVID-19 causada por el virus SARS-CoV-2.
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