Por: Redacción/
La vulnerabilidad económica de las mujeres se entiende como la falta de acceso a los satisfactores mínimos indispensables que garanticen la sobrevivencia física para ellas mismas, expuso la investigadora Lucía Raphael de la Madrid en su conferencia “Los derechos económicos de las mujeres”, impartida en el Instituto Nacional de Estudios Históricos de las Revoluciones de México (INEHRM).
La licenciada en derecho por la UNAM realizó un abordaje interdisciplinario enlazando el ensayo “Un cuarto propio” de Virginia Woolf, con la Declaración sobre la eliminación de la discriminación contra la mujer, de la Convención para la Eliminación de todas las Formas de Discriminación contra la Mujer (CEDAW).
Indicó que una mujer dejará de ser vulnerable económicamente cuando cuente con un ingreso mínimo indispensable que le permita los alimentos que necesita, un techo donde vivir, contar con un sistema de salud al cual acudir y el acceso a un sistema educativo que la dote de herramientas necesarias para obtener un empleo
Con su ponencia, Lucía Raphael de la Madrid tuvo como propósito que los asistentes se acercarán al tema de los derechos económicos en México, y conocieran cómo se le han buscado soluciones a partir de los planes nacionales de desarrollo como ProIgualdad.
Este programa nacional para la igualdad de oportunidades y no discriminación contra las mujeres, indicó la académica, presenta seis objetivos transversales, 36 estrategias, 314 líneas de acción y 18 indicadores con sus respectivas metas para el 2018.
Mencionó que el objetivo tres de ProIgualdad consiste en promover el acceso a las mujeres, al trabajo remunerado, el empleo decente y recursos productivos en un marco de igualdad, mientras que el objetivo cuarto plantea el fortalecimiento de las capacidades de las mujeres para participar activamente en el desarrollo social y alcanzar el bienestar.
“El objetivo tres fomenta la disminución de la vulnerabilidad económica de las mujeres, el cuarto busca dotar de habilidades a las mujeres para la inserción al trabajo, fomentar la salud a las mujeres. Ambos contienen estrategias transversales y líneas de acción, pero ninguna cuenta con evaluaciones”.
Apuntó que en la administración pública mexicana no existen indicadores económicos certeros para evaluar la inclusión económica de las mujeres en la vida productiva del país, en rubros como la vivienda, de guarderías, de absorción de las mujeres en la educación superior.
“Existe la estrategia de promover el acceso a las mujeres a la propiedad de la tierra, agua, tecnología e información de mercados para fines productivos, pero tampoco tiene un indicador de evaluación, esto limita que se conozcan los avances reales de las mujeres en los aspectos económicos y fundamentalmente para consolidar una economía más justa y equitativa”.
Lucía Raphael de la Madrid planteó que las mujeres no estarán nunca en condiciones favorables en términos laborables si no cuentan con un lugar seguro y adecuado para dejar a los hijos.
“Si no se logra en un cien por ciento que las mujeres cuenten con guarderías y centros para el cuidado de sus hijos, su inclusión en el mercado laboral se verá afectada, seguiremos en los trabajos de media jornada laboral y en condiciones precarias”, aseguró.
En su ponencia, la maestra en Estudios de lo Femenino y de Género por la Universidad de París VIII, consideró indispensable entender el concepto de igualdad sustantiva, frente al de equidad, porque se trata de término más incluyente y abierto.
“La equidad se circunscribe a la justicia del caso concreto. La igualdad sustantiva, según lo indica la Ley General para la Igualdad entre Mujeres y Hombres, en consonancia con lo que establece la Convención, obliga a eliminar la discriminación que por su condición de género impide a las mujeres el goce de los mismos derechos y oportunidades”.
La Convención sobre la Eliminación de Todas las Formas de Discriminación contra las Mujeres propuso desde sus inicios dejar de utilizar el concepto “equidad” por el concepto de igualdad sustantiva, afirmó.
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