Por: Redacción/
Estamos cerca del punto en que la energía proveniente de celdas solares tendrá el mismo costo que la de otras fuentes (si en éstas no se consideran los subsidios), afirmó Diego Solís Ibarra, integrante del Instituto de Investigaciones en Materiales (IIM) de la UNAM.
Antes teníamos que convencer a la gente de que utilizara esa alternativa para ayudar al planeta y al medio ambiente, ahora es una cuestión económica, porque el costo de la energía proveniente de esas celdas es prácticamente igual y se proyecta que seguirá bajando, lo que significa que en cinco años será más barato obtener energía a través de ellas, resaltó.
La disminución en el precio de los paneles ha propiciado que cada vez haya más instalaciones, aunque aclaró que el costo de la energía varía, porque no es lo mismo colocar esos dispositivos en el desierto de Chihuahua que en Noruega, donde hay días con pocas horas de luz proveniente del Sol.
De las energías, la solar es la más prometedora, aseguró. El consumo de energía anual de la población mundial es de 1.3 x 105 terawatts hora, y nuestra estrella irradia tres órdenes de magnitud más de energía cada año. Si se cubriera una pequeña fracción de la Tierra con celdas solares, se podrían satisfacer las necesidades energéticas de toda la población del planeta, aseveró Solís.
En nuestra escala de vida, el Sol durará para siempre y es gratis. “Si pudiéramos captar toda la energía que nos llega por seis horas, tendríamos suficiente para abastecer al mundo durante un año”.
Aún más: toda la energía que se puede extraer de fuentes fósiles (carbón, petróleo y gas) equivale a la que irradia nuestra estrella en 20 días. Tal es su magnitud. “Por eso trabajamos en mejorar las formas de colectarla”, abundó.
Solís Ibarra refirió que el territorio nacional tiene excelente “sol”, por lo que se ubica como el tercer mejor país por ese potencial. Asimismo, recordó que más del 90 por ciento de los paneles están hechos de silicio cristalino o policristalino, el segundo elemento más abundante en la corteza terrestre.
Las celdas solares son duraderas, con garantía de 20 años, pero pueden durar 30 y hasta 35 años con pérdidas mínimas de eficiencia. Es una tecnología rentable, establecida y de gran escala; sin embargo, hasta ahora no se ha generalizado su uso por el costo.
Una de sus desventajas es que la instalación cuesta varios miles de pesos y que la mayoría del silicio que se utiliza para estas aplicaciones viene de la arena, que es óxido de silicio que necesita purificarse. Para producir buenos panales se requiere silicio 14 N o 15 N, es decir, un material con un 99 seguido de 14 o 15 nueves de pureza, explicó el universitario.
Además, obtenerlos cuesta mucha energía, porque se hace a través de procesos de recristalización que requieren fundir el silicio a mil 200 grados, quitar impurezas y repetir el proceso varias veces. “Eso tiene un impacto económico y ambiental importante, porque también hay químicos involucrados en el proceso”.
No obstante, concluyó Solís Ibarra, se calcula que 10 por cierto de la energía que produce un panel a lo largo de su vida útil es la necesaria para producir al panel mismo.
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