Por: Redacción/
En un mundo en donde nueve naciones poseen 15 mil bombas nucleares, mil 800 de ellas en estado de alerta máxima, el Premio Nobel de la Paz 2017 reafirma que su prohibición y eliminación es una prioridad de seguridad, consideraron Jans Fromow Guerra, académico de la Facultad de Medicina de la UNAM, y Ruby Ann Chirino Sprung, egresada de la misma entidad.
Ambos especialistas mexicanos colaboran en la Campaña Internacional para la Abolición de las Armas Nucleares (ICAN), receptora del galardón.
Chirino Sprung, quien actualmente es coordinadora de la organización Médicos Internacionales para la Prevención de la Guerra Nuclear (IPPNW, por sus siglas en inglés), mencionó que “dichas armas –de las cuales el 95 por ciento está en Rusia y Estados Unidos– son cientos de veces más letales que las que se detonaron en Hiroshima y Nagazaki, y mil 800 están listas para ser lanzadas en cualquier momento”.
Cualquier país que tiene este tipo de armamento está dispuesto a usarlo, y “el lenguaje utilizado entre Estados Unidos y Corea nos hace sentir más miedo”, añadió.
En tanto, Fromow Guerra precisó que el Premio Nobel de la Paz reconoce la importancia del tratado para acercar a las naciones a la prohibición total de estas herramientas de guerra, al igual que las minas personales y las armas biológicas.
“A todos nos toca aumentar la presión legal y política para la firma de ratificación. La tarea no terminará hasta que la última arma nuclear sea eliminada del planeta”, dijo.
En conferencia de medios, el profesor de la UNAM recordó que la ICAN surgió como idea en 2005 a partir de la frustración por los resultados de la conferencia de no proliferación de armas.
Presentada oficialmente en 2007, la Campaña contó con el apoyo de la IPPNW, que congrega a 468 organizaciones de la sociedad civil y a miles de activistas en 101 países, incluido México.
El trabajo de estos especialistas llevó a crear el Tratado sobre la Prohibición de las Armas Nucleares, aceptado por 122 estados miembros de la ONU el 7 de julio de 2017.
“Estuvo listo para su firma a partir del 20 de septiembre de ese mismo año, y hasta el momento hay 50 países que lo han signado, y tres lo han ratificado. Una vez que se tengan 50 ratificaciones se hace vinculante”, explicó Chirino Sprung.
El siguiente paso de los miembros de la ICAN será continuar con su labor de convencer a las naciones, con razones científicas, éticas y morales, para que lo firmen y, posteriormente, lo ratifiquen.
El fin, enfatizaron los conferencistas, es que las armas nucleares que existen sean desmanteladas y que no se construyan nuevas, por lo que aún falta un gran camino a seguir.
“Hoy, que las armas nucleares son ilegales, se puede dar otro abordaje a su prohibición, para que no sigan proliferando y eliminar las que existen”, finalizó Chirino Sprung.
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