Por: Redacción/
El desplazamiento de los actores políticos de los medios tradicionales de comunicación a las redes sociales ha marcado nuevas formas de hacer política, lo que abre una reflexión sobre si estas tendencias “plantean la participación democrática a niveles nunca vistos o si dichos sujetos –que la modernidad había proyectado como centrales– están siendo amenazados”, afirmó el doctor Saúl Jerónimo Romero.
Al sustentar la primera conferencia del XI Encuentro internacional de historiografía reflexiones y debates sobre desplazamientos, el investigador de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM) propone analizar “si tenemos una democracia más amplia y cómo han reaccionado los poderes establecidos ante la emergencia de las redes sociales y la ampliación del espacio público”.
La aparición de estos recursos de comunicación ha detonado un fenómeno en la sociedad, desde que en 2002 se abrieran los primeros espacios masivos de intercomunicación, algunos de los cuales ya han desaparecido, mientras otros han sido absorbidos por empresas internacionales que monopolizaron su uso.
En pocos años Twitter y Facebook han crecido de manera exponencial hasta haber alcanzado en 2017 alrededor de 328 millones de usuarios, el primero, y dos mil millones, el segundo, por lo que sin duda Facebook es la más exitosa, con ganancias millonarias y presencia en casi todo el mundo.
Estos medios de comunicación fueron creados para acercar a personas con afinidades, coincidencias y nexos familiares, entre otras características, por lo que los mensajes de carácter político no eran ni son lo prioritario.
Sin embargo en momentos de crisis –procesos electorales o sucesos de impacto social o confrontación ideológica– se politizan a velocidades vertiginosas y cualquier mensaje emitido, de inmediato suele ser retomado en el sentido “de atender las necesidades de la política”.
El también coordinador de difusión y publicaciones de la División de Ciencias Sociales y Humanidades de la Unidad Azcapotzalco sostuvo que en el momento en que surgieron estos medios de comunicación se pensó que sería para una elite que tuviera acceso a Internet y una computadora, pero con los teléfonos celulares, que están a disposición de todas las clases sociales, su uso se ha masificado.
En México en el contexto de las elecciones de 2012 se reportaron 40 millones de usuarios con acceso a Internet y en tan sólo cinco años esta cifra se incrementó a 80 millones.
Las edades en que se usan las redes van desde los tres años hasta los 90, pero destaca el grupo de 18 a 54 años. Además el promedio de uso es de ocho horas, con lo que “se ha desplazado a la televisión como principal fuente de entretenimiento e información”.
En 2017, 60 por ciento de los usuarios “nos acerca a los procesos democráticos” y de ellos 97 por ciento busca información al respecto justamente en las redes sociales, lo que “resulta significativo y muestra un claro desplazamiento de las fuentes convencionales de información: radio, televisión y periódicos, así como de campañas políticas tradicionales como mítines y marchas”.
El uso de las redes sociales ofrece varias ventajas importantes, entre las cuales destaca la ampliación del espacio de lo público, lo que resulta relevante porque desde el siglo XIX, con la adopción de los sistemas democráticos, se creía necesaria la participación del pueblo, sin embargo éste tenía pocos sitios para reivindicar sus deseos, anhelos, proyectos y opiniones.
Muchos de los acontecimientos políticos se discutían en la calle y en cantinas, pero no se trataba de un espacio de debate con los actores principales; más tarde el surgimiento de la radio y la televisión fue aprovechado para comunicar masivamente ideas y proyectos políticos, pero en una sola dirección.
En la actualidad permiten ampliar el espacio de lo público y cualquiera pude opinar, proponer e incluso interactuar con los candidatos, los políticos, los equipos de gobierno e incluso presionar a las autoridades, denunciar abusos, hacer campañas de apoyo e incluso ganar puestos públicos como recientemente lo hizo Pedro Kumamoto en Jalisco.
Los políticos que hasta hace poco veían con desdén estos medios de comunicación, tienen equipos de profesionales para su manejo e incluso para influir y manipular, lo cual significa que una buena parte de la política se ha desplazado a las redes.
Sin embargo “tenemos un problema, por ejemplo en el Instituto Nacional Electoral, porque los mecanismos de control de lo político fueron pensados para un sistema en el que había que controlar a los medios de comunicación y las redes no pueden manejarse a través de un sistema de censura, porque es un campo abierto donde hay una gran cantidad de posibilidades de discutir y saltarse las reglas de las elecciones”.
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