Por Javier Divany Bárcenas
Para promover el turismo religioso e incluir a la Secretaría de Cultura dentro de las dependencias encargadas de elaborar y ejecutar un programa tendente a fomentarlo, el diputado Andrés Fernández del Valle Laisequilla (PVEM) presentó iniciativa para modificar los artículos 16 y 17 de la Ley General de Turismo.
De acuerdo con la Asociación Mundial de Turismo Religioso, esta categoría mueve al año a más de 300 millones de personas, representando una derrama económica de más de 18 mil millones de dólares.
Se calcula que anualmente 30 millones de personas en México realizan visitas a lugares de culto, fundamentalmente católicas, ya que el país tiene una incuestionable riqueza, siendo la Basílica de Guadalupe la máxima expresión de esta actividad, al concentrar casi 15 millones de personas.
Otro de los más significativos santuarios del país es San Juan de los Lagos, Jalisco, que registra siete millones de peregrinos anuales, casi 2 millones de personas a principios del mes de febrero.
Si a estas cifras se agregan 2.5 millones de peregrinos que se estima llegan por año a Fresnillo, Zacatecas, principal santuario del Santo Niño de Atocha; misma cantidad para el monumento de Cristo Rey en Guanajuato; 2 millones más que arriban a Chalma, en el Estado de México; e igual suma para Zapopan, Jalisco, todo ello supone más de 30 millones de personas que cada año se desplazan en el interior del país sólo por motivación religiosa.
También destaca la manifestación reiterada de espiritualidad en los rituales de equinoccio, siendo los sitios arqueológicos más importantes del país: Teotihuacán, Tajín y Chichen Itzá, lugares recreativos y reactivados por el turismo religioso, en su mayoría procedente de los centros urbanos para volver a convertirlos en centros ceremoniales vivos.
Andrés Fernández puntualizó que de acuerdo con la Sectur, el turismo religioso debe ser desarrollado y aprovechado como herramienta en aras de generar progreso económico y dotar de infraestructura a aquellos sitios en los cuales tiene lugar. Del mismo modo, debe contribuirse al rescate y promoción del patrimonio cultural.
El turismo religioso es un segmento de negocio, que se distingue de cualquier otro tipo, porque el turista es movido por un acto de fe, turismo que se extiende por todo el mundo y abarca las distintas denominaciones religiosas.
De acuerdo con la Organización Mundial de Turismo, en 2014 México volvió a colocarse entre los 10 países más visitados del mundo, cuando hace unos años ocupaba el lugar décimo quinto.
En 2015 se registró un nuevo récord en la llegada de visitantes internacionales a México, superando los 32 millones, dos veces superior al promedio mundial. El turismo en el mundo creció alrededor de 4.5 por ciento, mientras que en el país la tasa de crecimiento es prácticamente del doble.
Se requiere reconocer la existencia del concepto de turismo religioso en la ley y sentar con ello la base para una estrategia concertada entre las instancias de gobierno federal, estatales y locales para la promoción de este tipo de turismo, que permita mejorar las condiciones de estos lugares y la gestión de los mismos, para evitar aglomeraciones y garantizar la seguridad de los visitantes, agregó.
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