Por: Redacción/
El Sistema Nacional de Salud requiere de un acoplamiento mayor entre los niveles federal, estatal y municipal para contender con los desafíos que impone la pandemia del SARS-CoV-2 en México y evitar que la fragmentación se profundice, aseguró el doctor Jorge Culebro Moreno, profesor de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM).
Los ámbitos político y administrativo del sector propiciaron la segmentación y, si bien la contingencia “nos encontró en medio de un proceso de transformación, existe un riesgo potencial de que la débil articulación aumente la descomposición y reste capacidad a la resolución de la emergencia sanitaria”, especificó en entrevista.
Junto con un grupo de académicos de la Unidad Cuajimalpa de la UAM y el Centro de Investigaciones Económicas, Administrativas y Sociales (CIECAS) del Instituto Politécnico Nacional (IPN), el doctor Culebro Moreno lleva a cabo un estudio –aprobado en la convocatoria 2020-1: apoyo para proyectos científicos y de desarrollo tecnológico e innovación ante la contingencia por el COVID-19 del Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología– que analiza los mecanismos de regulación durante la enfermedad, con base en las orientaciones del manejo de la crisis a partir del dictamen de las autoridades locales y el diseño institucional.
El equipo examina también la forma en que las dimensiones organizacionales locales influyen en los instrumentos de ordenación y cómo llevar a cabo un tratado comparativo de las herramientas de reglamentación entre los diferentes niveles de gobierno, que sirvan para generar propuestas a partir de las experiencias de éxito y las áreas de oportunidad, apuntó el docente del Departamento de Estudios Institucionales de la referida sede.
Los antecedentes de la indagación Gestión de crisis. Un enfoque organizacional/Institucional. La respuesta del Sistema de Salud en México ante el brote de COVID-19 se ubican en las pesquisas de la citada instancia académica de la Casa abierta al tiempo dirigidas a asimilar las variables del sector de seguridad y bienestar social en el país, desde una perspectiva comparada o atendiendo asuntos específicos, incluido el llamado seguro popular, las cuales condujeron después al escrutinio del tratamiento de la crisis en la atención médica.
También se hallan en la estrecha colaboración del CIECAS del IPN, que ha realizado estudios sobre gobiernos locales, así como con escuelas internacionales entre las que sobresalen las universidades de Kassel, en Alemania, y de Bergen, en Noruega, con las que se han elaborado algunos otros sobre política comparada en ambos países.
El especialista sostuvo que el contagio del COVID-19 se ha vuelto una problemática que atraviesa distintas áreas, pues no sólo es sanitaria, sino laboral, económica, social e incluso emocional.
El análisis ha tenido intersecciones fundamentales entre disciplinas, de tal suerte que su disertación se relaciona, por una parte, con las ciencias de la salud y, por otra, con la política y la economía. Sin embargo, todavía son pocos los ensayos que la abordan orientada a la gestión de crisis y la teoría de la organización.
Para este proyecto se eligieron los casos de la Ciudad de México, Yucatán, Estado de México y Baja California Norte por su ubicación geográfica, contexto administrativo, tipo de programas y estrategias que han implementado, así como por las características de sus patrones de salubridad y protección social, en particular el avance en la pandemia y el entendimiento para extraer lecciones útiles en las etapas posteriores, explicó el doctor por la Universidad de Bergen.
Todo esto con el propósito de estar en condiciones de diseñar y aplicar políticas públicas, a partir de enfoques innovadores que fortalezcan la gobernanza y la atención.
En entrevista, el profesor del mencionado Departamento de esta casa de estudios reconoció la coordinación entre los niveles de mandato, pero es débil, por lo que debe fortalecerse mediante acciones diversas, por ejemplo, propiciando la colaboración entre regiones.
Entre la capital y el Estado de México parece que existe una buena comunicación, pero esto no sucede en otras zonas, debido a lo cual se requiere buscar este tipo de cooperación y concebir convenios que establezcan la gestión conjunta de recursos ante la federación, entre otras labores que involucren a las entidades y los municipios, subrayó el investigador.
Entre los resultados esperados del ejercicio están la elaboración de un reporte sobre el diseño institucional del esquema de salud mexicano para enfrentar el brote del COVID-19 en las 32 entidades y otro de la sentencia de los mandos locales para enfrentar el padecimiento; además son necesarios un análisis comparativo de los programas y los manejos locales, en términos de instrumentos de conexión y regulación, y las propuestas a partir de registros previos.
En un balance sobre la finalización de la Jornada Nacional de Sana Distancia y la participación de las autoridades estatales ante la emergencia, el doctor Culebro Moreno dijo que el fallo de la federación “ha sido correcto”, ya que ha hecho un esfuerzo por detener la pandemia, de acuerdo con los protocolos internacionales, luchando muy de cerca con la Organización Mundial de la Salud y “creo que es difícil saber qué habría ocurrido si no se hubiera actuado así”.
El papel de los liderazgos frente a la crisis es muy importante y en este caso “no fue el más apropiado; el estilo no ha servido para reducir el efecto de los estragos y esto puede traer otras consecuencias”, precisó el académico.
La condición laboral del personal no era la mejor y al llegar el COVID-19 al país eso se agravó, pero “confío en que en las etapas posteriores se dé un proceso de decisiones en el cual haya cambios en el sector, incluida la protección social de los empleados” para contender contra un virus.
Las instituciones disponen, en general, de métodos de capacitación y protocolos para combatir las adversidades, aun cuando las tribulaciones son inesperadas y generan elevada incertidumbre, por lo que es relevante contar con el potencial, no sólo en el terreno de la salud, sino en el Estado mismo.
“Un Estado dinámico ayuda a sortear cualquier tipo de dificultades”; el problema es que el ramo enfrenta, de un tiempo a la fecha, medidas de austeridad que han limitado la competencia organizacional de los hospitales. México debe construir unidades sanitarias más fuertes, ya que “si provee servicios adecuados en tiempos normales, en los de crisis el impacto negativo sería mucho menor”, finalizó.
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