- En la actividad organizada por la Unidad Cuajimalpa de la UAM participó José Antonio De los Reyes Heredia.
Por: Redacción/
El Seminario internacional La Crisis de la reproducción social. Análisis institucionales con una perspectiva de género –organizado por la Unidad Cuajimalpa de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM)– permitirá repensarnos como colectividad y buscar el replanteamiento de los entornos con equidad, inclusión, colaboración con responsabilidad, respeto a la diversidad y perspectiva humana, consideró el doctor José Antonio De los Reyes Heredia, rector de esta casa de estudios.
Al participar hoy en la inauguración realizada de manera híbrida, señaló que dicha actividad resulta pertinente, sobre todo al incorporar la participación de colegas en distintas áreas de las ciencias sociales y de las humanidades de importantes instituciones educativas de siete países, lo que otorga una perspectiva global y multidisciplinaria del fenómeno.
“Además, representa un paso firme de la Unidad Cuajimalpa hacia la incorporación de la perspectiva de género en todos los ámbitos universitarios, incluyendo desde luego los proyectos de investigación, como lo establecen nuestras políticas transversales para erradicar la violencia por razones de género”.
De acuerdo con el doctor De los Reyes Heredia, la crisis sanitaria derivada por la pandemia de COVID-19 ha tenido graves repercusiones sociales, culturales políticas y económicas en los niveles local y global que han evidenciado las terribles carencias, las asimetrías generadas por un sistema que, de alguna manera y en distintos grados, se alejó más que nunca de las necesidades sociales.
“Procesos de privatización que prometieron mayor eficiencia, una competencia comercial disímil entre actores locales y transnacionales, búsqueda global también de mano de obra barata y patrones de consumo insostenibles son algunas referencias económicas que han sustentado esquemas sociales que producen inequidad y conflicto poniendo en crisis la reproducción social misma”.
En el caso de los requerimientos de cuidado, señaló que usualmente es designado a las mujeres de la familia y no se remunera, por lo que si bien es cierto que esta estructura de poder inicia con desigualdades de género, continúa con otros eslabones inequitativos como jerarquías de clase y de raza en contextos migratorios que aún persisten en la tercera década del siglo XXI.
“Todo ello es evidente y nos impide avanzar como sociedades hacia una redistribución más justa de las tareas y del tiempo de cuidado entre géneros y generaciones, pero también entre individuos, familias e instituciones ya sean privadas o del Estado”, añadió.
El maestro Octavio Mercado González, rector de la Unidad Cuajimalpa, reafirmó que ante la crisis de reproducción social la función de la Universidad es formar ciudadanas y ciudadanos críticos con su entorno, con una educación integral que les permita cuestionar las implicaciones de su trabajo en cuanto a afectaciones medioambientales y sus consecuencias en términos de relaciones intersubjetivas”.
Las instituciones de educación superior son espacios que, además de fortalecer y reproducir los campos académicos disciplinarios específicos, permiten instruir para la equidad, para las nuevas masculinidades, para el cuidado y son, por lo mismo, “lugares desde donde debemos construir un vínculo con nuestra comunidad a partir de esa equidad y de una cultura de la paz y la no violencia”, subrayó.
El doctor Gabriel Pérez Pérez, director de la División de Ciencias Sociales y Humanidades de dicha sede académica, declaró que la injusticia de la desigualdad de género y los problemas generados por la reproducción de la sociedad salieron a la luz de manera agudizada durante la pandemia, cuando en condiciones de aislamiento las mujeres se vieron obligadas a multiplicar sus tareas domésticas cambiando sus horas de descanso por actividades profesionales realizadas en el tele trabajo.
Este conjunto de problemas pone en evidencia la insostenibilidad de un modelo de sociedad que no sólo sobrecarga a este sector de la población, sino que reduce la oferta de actividades fundamentales para el mantenimiento de las sociedades como las relaciones con la reproducción social.
Por ello, con base en la actualidad y la gravedad de estas cuestiones esta División de la Unidad Cuajimalpa ha organizado este Seminario “con el objetivo de permitir una mejor comprensión de esta crisis, reflexionando sobre cómo afecta de manera diferenciada a nuestros países y cómo podemos enfrentar esta problemática de la mejor manera posible”, expuso.
“La relevancia de esta discusión se vuelve aún mayor cuando consideramos que en México como en casi toda América Latina estos temas se vuelven aún más graves en la medida en que se entrelazan con otros asuntos sociales aún no resueltos del todo, entre ellos la pobreza, la violencia, la exclusión y las limitaciones históricas de nuestros servicios públicos”.
La doctora Marcia de Paula Leite, titular de la Cátedra Friedrich Engels de la División de Ciencias Sociales y Humanidades de la Unidad Cuajimalpa, expuso que el Seminario pretende aumentar el interés de la academia en los estudios sobre la reproducción social y contribuya con las investigaciones al establecimiento de políticas públicas que favorezcan la igualdad de género.
Este actividad es parte de un programa más amplio que se desarrolla junto con las doctoras Esther Morales Franco, responsable del Proyecto: La crisis de reproducción social; Aureola Quiñónez Salcido, coordinadora del Cuerpo Académico Derecho Administración e Instituciones del Departamento de Estudios Institucionales –quienes estuvieron en la ceremonia efectuada en la Sala del Consejo Académico de la Unidad Cuajimalpa– y Elvia Espinosa Infante, académica de la Unidad Azcapotzalco, lo cual incluye la publicación de un libro.
Al término de la inauguración, la doctora Helena Hirata, explicó cómo la asignación de las mujeres a la esfera de la reproducción y de los hombres a la de la producción está en la base de la división sexual del trabajo, al dictar la conferencia magistral Cuidados y Reproducción social: De las teorías a la práctica.
La filósofa brasileña nacida en Japón sostuvo que “el concepto de división sexual del trabajo se basa en una definición amplia que incluye la labor profesional y doméstica, formal e informal, remunerada y no remunerada”.
La profesora de la Universidad de París manifestó que en los países industrializados se observa un doble fenómeno, por un lado, la tendencia hacia un envejecimiento acelerado de sus poblaciones y, por otro, la presencia de mujeres en el mercado laboral, a quienes les resulta más difícil acompañar a la familia o miembros necesitados de atenciones como niños, ancianos, discapacitados físicos o mentales o enfermos.
“Estos dos fenómenos combinados con la privatización y reducción de las políticas públicas con los gobiernos neoliberales conducen a un aumento de la labor reproductiva remunerada, a una profesionalización de la atención, es decir, un incremento del número de auxiliares de enfermería para domicilios e instituciones y de trabajadoras domésticas que permite que las ejecutivas se desempeñen largas horas, delegando la faena reproductiva a otras mujeres”.
Respecto de las luchas feministas por el reconocimiento del trabajo social de reproducción en el mundo, se refirió a las registradas en Polonia e Italia en 2016 y en España y Estados Unidos en 2020, así como aquellas desencadenadas por el reconocimiento de la función de cuidadoras.
“Esta labor se hizo visible con la pandemia y permitió el desarrollo de disputas en torno al cuidado, luchas por un caring society, con la primacía de la vida y el bienestar de las personas sobre la ganancia”.
El Seminario internacional La Crisis de la reproducción social. Análisis institucionales con una perspectiva de género continuará con sus actividades de manera híbrida este jueves 12 de mayo.
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