Por: Redacción
En el corto plazo no existen condiciones en el mercado del sector automotriz mexicano para que se presente una burbuja financiera, señaló Cristian Garduño Alcántara, alumno del último trimestre de la Licenciatura en Economía en la Unidad Azcapotzalco de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM).
En el II Seminario de Proyectos de Investigación Terminales de la Licenciatura en Economía, Garduño Alcántara resaltó que el mercado se ha comportado de manera correcta, sin especulaciones desmedidas, a pesar de las altas tasas de crédito que se otorgan sin ser empleadas para especular en la bolsa de valores.
“El sector automotriz nacional se ha mantenido estable, sólido y creciente, de acuerdo con el periodo de análisis comprendido de 2000 a 2015”, y si bien no se toma en cuenta el efecto Donald Trump, “puede augurarse que por esta fortaleza no habrá repercusiones negativas en breve”.
El pronóstico se consolida en el hecho de que al cierre de 2015 las ventas y la producción de autos ligeros presentaron niveles históricos. De acuerdo con registros de la Asociación Mexicana de la Industria Automotriz (AMIA), se comercializaron un millón 351,648 vehículos y se fabricaron tres millones 399,076.
Hasta 2015 representó tres por ciento del Producto Interno Bruto (PIB) y es el séptimo productor de autos ligeros a nivel mundial con una planta productiva de tres millones 400,000 vehículos.
Las variables que determinaron la estabilidad del mercado fueron la producción, las ventas, las exportaciones e importaciones y el financiamiento, fundamentalmente.
En su proyecto de investigación Burbujas financieras: Un estudio para el mercado automotor mexicano, realizado conjuntamente con Fabiola Juárez Flores, el alumno dijo que las burbujas económicas son perturbaciones en los mercados financieros ocasionadas por la especulación en los diferentes activos bursátiles.
Su origen está relacionado con el incremento de su valor real, que ocasiona un súbito desajuste en su valor de mercado y el valor al que tiende a aumentar por la especulación, lo que provoca una euforia en los agentes económicos para invertir en ellos.
Esto se crea a partir de la especulación en los mercados financieros a través de su principal instrumento, “el acaparamiento”, siendo “una deuda mayor a los activos de las instituciones financieras”.
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