- Los estudios de fase tienen rigurosidad científica, además de ser valorados por terceros, ya que ni los gobiernos de los países ni los laboratorios son los evaluadores de los datos estadísticos.
Por: Redacción/
Las vacunas disponibles contra el COVID-19 han demostrado alta eficacia y baja inducción a secuelas adversas, por lo que el riesgo-beneficio es favorable por completo y resulta prioritario que la gente se aplique el biológico que se encuentre disponible en la alcaldía, municipio o estado que corresponda, declararon investigadores de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM).
En la emisión de estreno de la serie UAM ConCiencia señalaron que existe cierta desconfianza en algunos sectores de la población, ante la rapidez con la que se produjeron las inoculaciones, sin embargo, el surgimiento de este virus dio nueva vida a trabajos de indagación que ya estaban analizando patógenos hermanos del SARS-CoV-2.
“No es algo nuevo; lleva mucho tiempo en el mundo de la ciencia y del desarrollo farmacéutico de inmunizaciones que ahora estamos conociendo, ante la emergencia sanitaria en que nos encontramos, así que no dudemos, pues éstas son seguras”, consideró el doctor Pablo Mayer Villa.
El académico del Departamento de Ciencias de la Salud de la Unidad Lerma explicó que los estudios de fase tienen rigurosidad científica, además de ser valorados por terceros, ya que ni los gobiernos de los países ni los laboratorios son los evaluadores de los datos estadísticos.
“Este ha sido el caso con todas las de RNA, que al inocular el antígeno se expresa en las células del individuo, es decir, actúa, reconoce, defiende y genera anticuerpos, lo cual es una protección relevante contra la enfermedad –sea o no severa– con un porcentaje de inmunidad cercano a 95 por ciento, de ahí que todas sean una gran opción”.
La doctora Laura Castrillón Rivera aseguró que antes de conocer en detalle la estructura del SARS-CoV-2, especialistas chinos utilizaron mecanismos de la vacunación clásica, empleando la partícula viral completa, pero con la característica de ser un virus atenuado o modificado, en el sentido de que baje su tasa de replicación para no ser capaz de reproducirse, aunque sí de despertar una respuesta que genere anticuerpos neutralizantes.
Los científicos han trabajado con vectores virales, es decir, patógenos modificados cuya característica es usar la estructura de adenovirus –que son los virus de la influenza fácilmente reconocidos– pero que tienen en su interior ácidos nucleicos que permiten que una vez que infecten las células sean capaces de producir las proteínas virales para ser advertidos por el sistema inmunológico y montar de esta manera las respuestas; este tipo de vacunas es el que existe en mayor variedad: Oxford/AstraZeneca, Johnson/Johnson, CanSino y Sputnik V”.
Además está la posibilidad de que el sistema inmunológico bloquee la proteína de interés o interfiera en la replicación viral; estas subunidades pueden obtenerse de modo sintético en laboratorio, aunque su problema es que son débilmente inmunogénicas, si se les compara con las otras, de tal manera que su diseño requiere de sustancias adyuvantes para potenciar la reacción inmune.
Las de RNA logran hacer la síntesis de éste a partir de una molécula y se presentan cuando son recubiertas por lípidos que son registrados como normales, lo que “favorece con mayor eficiencia la capacidad de ser reconocidas por nuestras células”; estas nanopartículas –que serían una de las presentaciones de estas vacunas– pueden ser introducidas con facilidad, no tienen, por supuesto, la capacidad de replicación viral y traducen el RNA en proteína –en este caso la Spike– para que despierten adecuadamente la respuesta inmunológica”.
De acuerdo con la investigadora del Departamento de Sistemas Biológicos de la Unidad Xochimilco, entre las diferencias de todas estas opciones está la producción, porque dependiendo del tipo de inmunización será el diseño para obtener la partícula viral completa atenuada, las proteínas purificadas o las estructuras del RNA mensajero creado de manera artificial en laboratorio.
“También están los criterios de control para cada inoculación, ya que la estabilidad de cada una será diferente, al variar las condiciones específicas para su conservación, el costo y el mecanismo diferencial que va a despertar en el sistema inmune”.
La sesión de apertura de UAM ConCiencia –que llevó por título Las vacunas frente a la crisis del COVID-19– estuvo moderado por el doctor Rafael Bojailil Parra, adscrito al Departamento de Atención a la Salud de la Unidad Xochimilco, y continuará el próximo 8 de abril, con el tema Las vacunas desarrolladas en México.
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