Por: César Hernández Dorado y Oscar Nogueda/
La muerte de George Floyd a manos del ex agente de policía de Minneapolis Derek Chauvin-quien podría ser beneficiado de una pensión, de acuerdo a la Asociación de Jubilación de Empleados Públicos de Minnesota pese al delito que cometió- no sólo despertó en Estados Unidos una lucha que se ha enardecido desde hace décadas. Lugares como Londres y Francia han visto sus calles inundadas de gente con cubre bocas gritando y levantando las pancartas de “Black Lives Matter” y “we can’t breathe”.
En México no ha sido la excepción, pues después de que se difundiera el video en donde policías del estado de Jalisco someten al joven Giovanni López, una serie de manifestaciones se desataron en la ciudad gobernada por Enrique Alfaro, reclamando justicia por el caso del joven y uniéndose en una sola voz por la muerde de Floyd en Estados Unidos, poniendo en boga el tema redes sociales el uso excesivo de la fuerza y, principalmente, el racismo.
Aunque muchas personas protestaron desde redes sociales lo ocurrido el pasado 25 de mayo en Minneapolis, algunos otros criticaban que también era necesario mirar hacia México para analizar el racismo que también se vive en el territorio y no se quiere ver desde hace décadas. De acuerdo a la Comisión Nacional para Prevenir la Discriminación (CONAPRED), más del 50% de la población mexicana reconoce que se le insulta por el color de piel.
Aunado a ello y de acuerdo al Módulo de Movilidad Social Intergeneracional del INEGI, 2017, de las personas que se auto clasificaron en las tonalidades de piel más clara, solo 10% no cuenta con algún nivel de escolaridad, mientras que la cifra se eleva a 20.2% para las personas que se auto clasificaron en las tonalidades de piel más oscuras.
Mientras más oscuro es el color de piel, los porcentajes de personas ocupadas en actividades de mayor calificación se reducen. Cuando los tonos de piel se vuelven más claros, los porcentajes de ocupados en actividades de media y alta calificación se incrementan. En relación a su situación económica, la persona de piel más oscura se percibe en menor proporción con el 48.6%, en comparación del 52.2% de las personas de piel más clara.
Pero las brechas no sólo se dan en el contexto del color de piel en México- quien, para intentar combatir el racismo y la discriminación racial, puso en vigor a nivel nacional el 4 de enero de 1969 la Convención Internacional sobre la Eliminación de todas las Formas de Discriminación Racial- pues también se puede ver en personas indígenas, con discapacidad, diversidad religiosa, personas mayores, adolescentes y jóvenes, niñas, niños, mujeres y trabajadoras del hogar.
De acuerdo a la Encuesta Nacional sobre Discriminación (ENADIS), en 2017 el 25.1% de las personas discapacitadas y el 20.3% de personas indígenas declararon haber sido discriminadas al menos en los ámbitos de servicios médicos, en la calle o transporte público y en la familia.
En la negación de derechos 39.1% de las trabajadoras del hogar remuneradas dijo haber sufrido un incidente de este tipo en los últimos cincos años hasta 2017. Continúan las personas con discapacidad con un 30.9% y las personas indígenas (29.2). La atención médica y medicamentos, el recibir un apoyo de algún programa social y atención en oficinas de gobierno son los principales derechos negados.
Otro de los rubros sobre la percepción de derechos mostró que el 57.1% de las trabajadoras del hogar remuneradas opinó que en el país sus derechos se respetan poco o nada, en continuación de las personas indígenas con el 49.3% y el 48.1% de las personas con discapacidad.
También resaltan los números en donde se pueden reflejar frases con las que se está de acuerdo, tales como “La mayoría de la gente se desespera fácilmente con las personas adultas mayores”, “El trabajo de las empleadas domésticas es poco valorado por la mayoría de la gente”.
A México le cuesta mucho asumirse como país racista y clasista: académico de la UNAM
Desde hace varias semanas, el tema del racismo en México ha resurgido bajo el panorama internacional como una medida que debe de preocupar a todos. Si bien desde siempre se ha tenido este problema en el país, la muerte de George Floyd en Estados Unidos el pasado 25 de mayo ha hecho que diversos sectores de la población manifiesten en que es necesario mirar hacia el propio pueblo de México.
Aunque parezca un tema reciente, es bien sabido que, en diferentes episodios de la historia de México, desde su colonización hasta nuestros días, el racismo está latente en gran parte de la cotidianidad de nuestra vida. En entrevista para Mugs Noticias, platicamos con el académico de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), Juan Macías Guzmán, Historiador y sociólogo quien sostiene que mientras no exista una “reestructuración de la educación (familiar como académica), no importa que se tengan las mejores leyes”.
“Primeramente, el término raza es una construcción que es utilizado no sólo para denostar, sino para reivindicar un origen y se adapta a los contextos de cada grupo. También la raza puede ser utilizado con afán de dominación y discriminación” apunta el académico universitario.
¿Cuál es el contexto histórico del racismo en México?
Comienza desde la colonia, con la mezcla de grupos raciales; estaban los europeos, los originarios de aquí, los africanos y los asiáticos, de esa manera se conformaron las 53 castas que claro, pese a que se decía que era un lugar diverso, comenzaban a producir discriminación y racismo. Aunque una persona tuviera piel blanca, si tenía descendencia africana o indígena ya era suficiente para que su status en la sociedad quedara marcado y se le viera con desprecio.
En la independencia se terminó esto y los proyectos de nación del siglo XIX y XX enfatizaron la idea de la mexicanidad; todos somos iguales, todos somos mexicanos sin importar nuestro origen social. Eso borró el racismo, pero en el fondo el racismo siguió existiendo, y se veía reflejado en el desprecio en el otro por su color de piel, su origen y demás elementos. Por esto sostengo que a los mexicanos les cuesta decir que es un país racista, porque se ha ocultado y con la llegada del Neoliberalismo, el racismo se ha hecho más crudo hacia lo diferente, a lo otro.
A México le cuesta mucho asumirse como país racista y clasista porque fue escondida esa situación durante años con el discurso univocista de que todos somos mexicanos, pero con la globalización neoliberal ha reaparecido abiertamente.
En la actualidad, con el contexto del racismo internacional ¿existe consciencia del racismo en México e intenciones de querer erradicarlo?
Realmente no, porque, primeramente, nos cuesta mucho trabajo asumir que somos un país racista. Se ejerce, lo vemos y lo escuchamos todos los días en comentarios llenos de odio y desprecio en redes sociales y la vida cotidiana. Yo creo que no hemos terminado de asumirlo y ahora, con la reaparición del otro ¿qué sigue? ¿cómo leo lo que es diferente a mí? ¿lo respeto, no lo respeto? ¿qué hacemos?
¿Qué se está haciendo en educación para erradicar y ser conscientes de ese racismo?
Realmente quién sabe si sirva que en las instituciones educativas se quiera erradicar, ahí te dicen que no te expresen de una manera porque es incorrecta, pero si en la casa se ve, se escucha y se ejerce, difícilmente podrá erradicarse. En la escuela te pueden ofrecer otro tipo de contenidos, pero al regreso a casa veo todo eso y todo lo de la escuela queda inhabilitado, debe de trabajarse desde casa.
Y en lo legal, pese a que se ha hecho un esfuerzo por adecuar la legislación para que los crímenes de odio, todo recae nuevamente en la educación. A mí no me sirve de nada tener leyes muy avanzadas y demás si se siguen perpetrando estos crímenes porque al final ¿qué es lo que me lleva a mí a odiar al otro?
Sea quien sea, en parte lo que se aprende en casa y el miedo, porque en este puedo identificar la amenaza, entonces si me siento amenazado por un grupo, ya sea por su color de piel, grupo étnico, etc. Me sentiré vulnerable y es importante hacer la lectura del cómo me leo en frente de mí. Esa otra persona no se va a ir, debemos de ver qué ocurre con nuestros valores cuando una persona diferente a nosotros está cerca. El racismo está en todas partes; en el trabajo, las relaciones de pareja, en la escuela, en esto muy mexicano de los apodos.
¿Qué se necesita como sociedad en conjunto con el gobierno para intentar erradicar ese racismo?
Es una cuestión de reeducación, no tiene que gustarme, pero debemos de aprender a vivir con el otro porque ahí está. Debemos de aprender a vivir nos guste o no. Ahí están, a menos que se metan en un hoyo bajo la tierra y al final eso produce que después de formen guetos, colonias de las que nunca se sale porque ya tienen su propio sistema y se hacen sociedades amuralladas porque no estamos dispuestos a vivir con los demás.
México: Un país con baja movilidad social
El informe de Movilidad Social en México del Centro de Estudios Espinosa Yglesias (CEEY) mostró que México es de los países con menos movilidad social entre generaciones y con mayor desigualdad en el mundo, además el estudio aseguró que la movilidad social generacional es menor en países con un mayor nivel de desigualdad.
El documento precisó que la movilidad social en México se mantiene baja, ya que 49 de cada 100 personas que nacen en los hogares más pobres, se quedan en esa situación a lo largo de su vida. Aunado a ello, mencionó que 74 de cada 100 mexicanos que nacen en la base de la escalera social, no logran superar la línea de pobreza, es decir que en su adultez se mantienen en el mismo estrato socioeconómico.
En contraste, reveló que 57 de cada 100 individuos que nacen en hogares con altos ingresos económicos, se mantienen en ese estrato en su vida. Por ello, destacó que los extremos de los estratos sociales hay poca movilidad, aunque exista una relativa composición móvil en las clases medias, esto es resultado de que el 48 por ciento de la desigualdad es provocada por la diferencia de oportunidades para mejorar en la estratificación social.
Por otro lado, existe una diferencia en la movilidad social y las oportunidades en las diferentes regiones del país. El informe detalló que 67 de cada 100 personas que pertenecen a la base de la escalera social en el sur de México se quedan ahí, mientras que 25 de cada 100 mantienen su lugar en el estrato más bajo en la región norte y norte-occidente.
También, reveló que el 45 por ciento de la desigualdad en el sur mexicano se debe a la falta de oportunidades, sin embargo, en la zona norte y norte-occidente esta situación corresponde a un 30 por ciento.
En cuanto a la movilidad por razones de género, el estudio precisó que “los resultados muestran que las ventajas o logros que adquieren las mujeres son más limitados que los de los hombres con condiciones de origen equivalentes, en especial, cuando inician en posiciones menos favorables”.
Ante esta situación, las mujeres tienen menos probabilidad de superar la línea de pobreza en comparación con un hombre. 75 de cada 100 mujeres que nacen en la pobreza no logran superar esta situación, mientras que 71 de cada 100 hombres tienen la misma situación. En ese sentido, aproximadamente 50 mujeres y 57 hombres que nacen en los grupos de mayor riqueza mantienen su condición durante toda su vida.
“El color de piel es determinante: los mexicanos de tono más oscuro experimentan menor movilidad ascendente y mayor movilidad descendente respecto de quienes tienen un tono de piel más claro. En este sentido, cuando se analiza la importancia de las circunstancias de origen en la conformación de la desigualdad de oportunidades, llama la atención que, en la región norte, que es una de las de menor desigualdad de oportunidades, el tono de piel pese más del doble que en cualquier otra región”, señaló el informe del CEEY.
Por lo anterior, el estudio del CEEY exhortó al Estado mexicano a concentrarse en ampliar e igualar las oportunidades los mexicanos, así como el diseño de políticas públicas que liberen el potencial de toda la población. También, subrayó que se requiere una reforma a la Hacienda Pública que garantice el financiamiento y sostenibilidad, de generación en generación, en los ámbitos de educación, salud y protección social.
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