Por: Redacción/
Por su actividad antibacteriana, antiviral y antimicótica, el propóleo puede ser un auxiliar en la prevención y tratamiento de afecciones virales, como la COVID-19, aseguró Tonatiuh Cruz Sánchez, académico de la Facultad de Estudios Superiores (FES) Cuautitlán de la UNAM.
“Aún no se ha analizado completamente el efecto de esta sustancia en casos clínicos por la enfermedad del coronavirus, pero se puede ingerir como un tratamiento complementario”, aclaró.
Desde hace una década, la entidad universitaria ha estudiado las propiedades del propóleo mexicano proveniente de la abeja nativa sin aguijón y de la Apis mellifera, al que se le han encontrado más de 300 compuestos químicos, como fenoles y flavonoides, los cuales le proporcionan actividad biológica.
Entre los fenoles, Cruz Sánchez mencionó el éster fenetílico del ácido cafeico (CAPE), que actúa sobre la polimerasa viral, una enzima capaz de replicar el material genético de la COVID-19, lo que lo convierte en un excelente antimicrobiano. Por su parte, los flavonoides contienen antioxidantes como la pinocembrina, a los que se atribuye actividad antiviral.
Este producto de la colmena también actúa como inmunomodulador en el organismo, es decir, potencia la respuesta contra agentes infecciosos.
“Se puede tomar para evitar padecimientos virales como influenza estacional, que será importante disipar antes de que converja con la COVID-19. Puede ser consumida por la mayoría de la población, a excepción de niños menores de dos años, embarazadas, personas alérgicas al polen y al mismo propóleo, o con reciente cirugía de trasplante”, subrayó.
Pruebas
Para analizar sus efectos, Tonatiuh Cruz, junto con los investigadores Carlos Ignacio Soto Zárate, María de Jesús González Búrquez y Gerardo García Tovar, responsable del Laboratorio de Morfología Veterinaria y Biología Celular, determinaron el efecto antiviral del propóleo en cultivos celulares infectados con diversos virus, como los que producen Aujeszky (seudorrabia en cerdos) y distemper (moquillo canino).
A su vez, González Búrquez explicó que se estudió la actividad antiviral de esa sustancia en tres diferentes etapas de dichas afecciones: al colocarlo en un cultivo celular antes de inocular se impidió el acceso de los virus en los receptores celulares, y al aplicarlo durante y después de la infección la replicación del patógeno disminuyó. Los mejores resultados se obtuvieron cuando se usó previo al virus.
Con estos resultados, los científicos concluyeron que el propóleo es un medio auxiliar preventivo de infecciones virales, como COVID-19, pues en virus que producen cuadros clínicos similares, como daño a los sistemas nervioso central, respiratorio y digestivo, se logró demostrar su eficacia.
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