Por: Redacción

El mercado como centro creador de lo social y ético que define el comportamiento humano debiera ser inaceptable, pues configura una relación de poder y una cultura contraria a toda lucha social, señaló el doctor Juan Castaingts Teillery.

“La ética es en realidad el resultado de un proceso social. Contra toda ética del poder tenemos la contraética, tal como trazó Gramsci, pensador que planteó una visión y concepción de las relaciones basadas en el respeto, la dignidad, la justicia y los derechos humanos”, puntualizó el investigador de la Unidad Iztapalapa de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM).

Con el tema Los desafíos del mundo –al participar en el Encuentro: Ética y economía. Revolución tecnológica y crisis global– el investigador del Departamento de Economía reflexionó en torno al papel de la academia como un espacio obligado a vincular la diversidad con rigor, siendo respetuoso de las creencias.

“Cuando hay ética hay comprensión de las condiciones del otro y hay cooperación, un elemento fundamental para generar cambios o transformaciones. Por otro lado, la organización, al albergar patrones de conducta determinados por necesidades de trabajo se convierte en un centro emisor de un tipo particular de ética, marcada regularmente por el oportunismo”.

Organizado por la División de Ciencias Sociales y Humanidades, el Departamento de Economía y el Centro de Estudios Gramsci, el Encuentro contó también con la participación de la doctora Liliana Fort Chávez, académica del Departamento de Derecho de la Unidad Azcapotzalco quien aportó una visión de la ética desde el punto de vista biológico.

La especialista indicó que una manera de promover una ética positiva reside en el “reconocimiento de la identidad humana, la cual se forma contando historias, experiencias pasadas para que la gente renuncie a opiniones y creencias egoístas e individualistas.

“Se trata de un ethos que debe formarse desde lo interno del ser humano. Esa identidad no se conforma a través de las ciencias causales o universalistas, pues debemos entendernos como un grupo de humanos ubicados en un planeta”, refirió.

En la actividad efectuada en la Sala Cuicacalli, el doctor Gerardo Ávalos Tenorio, profesor del Departamento de Relaciones Sociales de la Unidad Xochimilco, enfatizó que los hábitos y las costumbres constituyen la parte superficial de la forma de percibir el mundo. La ética del burgués, explicó, rige la base de la acción social, mientras que la religión define la moral.

“La ética imperante en el mundo posmoderno y globalizado, y el nuevo espíritu del capitalismo que es la ética light basada por un lado en el respeto y la tolerancia, así como en la transparencia y la rendición de cuentas, da cuenta de la narrativa y la práctica del poder”, subrayó.

En la inauguración de la actividad, el doctor José Octavio Nateras Domínguez, rector de la Unidad, manifestó que “lo que vivimos en el país es muy grave, una situación delicada, prácticamente no hay espacio para el desarrollo.

“Ahora pareciera que hay que detener el proceso de crecimiento para disminuir los niveles de desigualdad social, aunado al tema de violencia e inseguridad; la ética debería ser un eje de reflexión y generación de acciones que fomenten el bien común”, apuntó.

Al acto acudieron también la doctora Juana Juárez Romero, directora de la División de Ciencias Sociales y Humanidades; el maestro José Régulo Morales Calderón, jefe del Departamento de Economía, y el doctor Francisco Piñón Gaytán, presidente del Centro de Estudios Sociales Antonio Gramsci A. C.