Redacción

Hay países que no tienen al español como lengua oficial, como es el caso del nuestro, que no cuenta en la Constitución con alguna declaratoria de oficialidad. El español y las lenguas indígenas, todas son lenguas nacionales de México, dijo Concepción Company Company, investigadora emérita del Instituto de Investigaciones Filológicas (IIFL) de la UNAM.

A propósito del Día Internacional de la Lengua Española,  la especialista universitaria señaló que el español se impuso totalmente en América por razones históricas “como lengua de la administración, de cultura y de la comunicación diaria”.

“Estoy en desacuerdo que éste sea el Día de la Lengua Española; tendría que ser el día de las lenguas y del patrimonio intangible, pues el encuentro sucedido el 12 de octubre de 1492 es un hecho histórico insoslayable que enriqueció las lenguas española e indígenas, recíprocamente: el contacto lingüístico enriquece”, añadió.

La también integrante de la Academia Mexicana de la Lengua opinó que prevalece una relación de desigualdad.

“No es de equilibrio, porque los indígenas tuvieron que nombrar nuevos conceptos que no tenían en sus comunidades, y aunque el español también incorporó léxico amerindio, es más lo que el español le ha prestado a las lenguas indígenas que lo que éstas le han dado léxicamente al primero; y esto no es más que una descripción de la realidad que se vive”.

Aunque el español le ha dado sintaxis y gramática a las lenguas indígenas, éstas le dieron al español visión de mundo y mecanismos de discurso que son inusuales en otros dialectos que carecen de esa riqueza multilingüe, como la de México.

La investigadora del IIFL dijo que es innegable que el español es la lengua vehicular estándar de comunicación diaria, pero también se ha enriquecido con el aporte de las indígenas, con una multitud de palabras como canoa, huracán, aguacate y chocolate, esta dos últimas regalo de México al mundo.

“El problema de conservar la lengua indígena no es un asunto de la Constitución, sino de los políticos que deben educar, generar calidad de vida, trabajos, orgullo y seguridad, pero en lengua indígena”, subrayó.

Concepción Company Company, investigadora emérita del IIFL de la UNAM.

Concepción Company Company, investigadora emérita del IIFL de la UNAM.

Español de México, exuberante

En el español de México nos importa mucho cuidar al otro con fórmulas de cortesía, es esencialmente exuberante por la cantidad de palabras que usa para dar una indicación: “no sería usted tan amable de regalarme un vaso de agua, por favor”; son 13 palabras para algo tan sencillo. Antieconómico, pero pragmáticamente útil, porque cuidamos al interlocutor a la vez que nos cuidamos de una posible reacción de él, indicó.

Estas formas de cortesía es un préstamo conceptual de las lenguas indígenas. Hay documentación desde el siglo XVI de que cuando un español en México quería pedir algo lo hacía con escasas cuatro palabras.

Algo que hemos perdido en este mundo de “cortesías” son los imperativos. No damos órdenes, es una pérdida del español de México; casi la única orden que se pronuncia es esa frase de “Ve y chinga… tu…”. Un mexicano no da órdenes, solicita y pregunta: “¿la molesto con las copias?”.

Finalmente están los posesivos y los diminutivos por todas partes: “llévese su pastel para sus XV años”, acercándome cortésmente para que compre, aunque todavía no sea mío, o los diminutivos que se reactivaron por necesidad de la convivencia como mecanismos de amortiguamiento. Por ejemplo, nadie habla del muerto, sino del “muertito”, porque es un mundo de respeto, de cortesías, o “la gorda”, en realidad es “la gordita”, así pesé 120 kilos, concluyó.