Por: Redacción
El declive de Estados Unidos es relativo, pues este país aún tiene una presencia global trascendente en temáticas fundamentales e influencia en relaciones regionales e internacionales como migración, economía, el TLCAN, China, política interna y la transición, afirmó José Luis Valdés Ugalde, coordinador y coeditor del libro “Estados Unidos y los principales actores de la reconfiguración del orden mundial en el siglo XXI”.
En la presentación de la obra, coeditada por el Centro de Investigaciones sobre América del Norte (CISAN) de la UNAM y las universidades Autónoma Metropolitana (UAM) plantel Xochimilco e Iberoamericana (UIA), el académico planteó que esos temas son cruciales para entender el papel desempeñado por quienes definen no sólo la multipolaridad preponderante, sino cómo se vislumbra la reconfiguración del sistema global.
En la Casa de las Humanidades, Valdés Ugalde señaló que su elaboración surgió de la necesidad de tomarle una fotografía al planeta de hoy y esbozar una prospectiva, pues “tenemos una serie de fenómenos que cruzan las políticas nacionales, los temas regionales y el conjunto del sistema internacional de una manera crítica”.
Para el exrector Juan Ramón de la Fuente, uno de los comentaristas de la obra, “como país no nos queda otra opción que pensar en una mejor relación con Estados Unidos. Entre pelearnos con ese país o afianzar puentes y rescatar nuestra dignidad e identidad, lo segundo es lo que más le conviene a México”.
Con frecuencia, quienes establecen los vínculos de la Unión Americana con el resto del orbe —como señala el ejemplar en su primera parte— son los propios estadounidenses. Ejemplo de ello es que su política exterior está condicionada por factores internos, señaló De la Fuente y agregó:
“Hay un capítulo sobre sus relaciones con organismos internacionales y, en efecto, parte de la influencia de esa nación sobre dichas instancias tiene que ver con el subsidio y la forma en que ésta instrumenta su estrategia exterior”.
Silvia Núñez García, directora del CISAN, calificó la obra como un acierto, no sólo por sus contenidos, sino porque los coordinadores (Valdés Ugalde, David Mena Alemán y José Luis León-Manríquez) son unos apasionados del tema, lo que se refleja en la calidad de los ensayos conjuntados.
Los 13 autores reconocen que habitamos un mundo complejo, incierto e interdependiente en distintos niveles, apuntó Núñez en el acto moderado por Leonardo Curzio, investigador del CISAN.
El enigma es saber hacia dónde quiere ir la sociedad estadounidense “confrontada, y a la que Donald Trump desea convencer al evocarle un pasado y una historia congelada, al invitarla a regresar a un modelo de win-win (ganar-ganar) al apelar a sus emociones, a la manera de Bernie Sanders, quien invoca las aspiraciones de los jóvenes por una comunidad más incluyente.
“Debemos aprender a manejar nuestra relación con EU por encima de estos y otros personajes a lo largo de la historia”, resaltó Núñez.
Olga Pellicer, del Instituto Tecnológico Autónomo de México, subrayó que casi no hay un campo de actividad en México en la que lo que ocurra en la Unión Americana no tenga repercusiones.
“Si ponderamos los datos sobre comercio, inversión, turismo, intercambios académicos y culturales o seguridad, encontramos que nuestro principal socio es Estados Unidos. Sin embargo, es paradójico que esta cercanía no tenga como contraparte mecanismos que establezcan relaciones intergubernamentales intensas”, dijo.
Si buscamos los mecanismos gubernamentales de diálogo encontramos que casi no hay, agregó; incluso los encuentros presidenciales han sido bastante desangelados en el sentido de que han sido cortos, con mala cobertura y han generado pocos acuerdos.
Jorge Chabat, del Centro de Investigación y Docencia Económicas, consideró acertado que en el escenario actual de EU se publique un libro sobre si ese país vive un declive, discusión aún no resuelta.
“Mi hipótesis es que sobrevivirá como potencia pues sus retos a vencer no son lo suficientemente grandes como para arrebatarle su hegemonía”, afirmó.
Hoy, China y Rusia plantean desafíos, pero no tienen una potencia o una economía fuerte detrás. “En ese sentido, no se ve quién pueda desplazarlo en el corto plazo. Esto no quiere decir que la discusión no sea válida; podemos analizar el asunto por áreas, como la militar o la económica”, concluyó.
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