Por: Redacción

Durante la última década el cambio climático ha provocado en México una serie desequilibrios ambientales, sequías, inundaciones y ciclones que ha ocasionado alrededor de 5,000 muertes, 13 millones de afectados y pérdidas económicas por 250,000 millones de pesos, además del costo económico de agotamiento ambiental que en 2011 llegó a representar 6.9 por ciento del producto interno bruto del país.

De acuerdo con un artículo publicado en el libro Políticas públicas para enfrentar la crisis y alcanzar un desarrollo, editado por la Unidad Iztapalapa de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM) y Miguel Ángel Porrúa, librero-editor, los efectos del cambio climático son más incisivos en los países menos desarrollados, debido a su exposición geográfica y económica, la sensibilidad de sus vocaciones productivas y la escasa capacidad de adaptación derivada de bajos ingresos.

Los doctores Alberto Francisco Torres García, Judith Juárez Mancilla y Plácido Roberto Cruz Chávez, de la Universidad Autónoma de Baja California Sur (UABCS) y autores del artículo La estrategia nacional de cambio climático: un análisis desde la perspectiva neoinstitucional describen cómo en los últimos años el incremento en los hábitos de consumo, el crecimiento demográfico y el desarrollo tecnológico e industrial, han devenido en la erosión de la capa de ozono, el desabasto de recursos naturales y el calentamiento global.

En otras palabras, sostienen, el crecimiento económico mundial ha sido a costa del empobrecimiento de la vida.

Los especialistas consideran que el cambio climático se origina en gran parte por la emisión de gases de efecto invernadero derivados del uso excesivo de combustibles fósiles, aerosoles, la actividad agrícola y el uso de contaminantes, que provocan un desequilibrio energético ambiental.

México se ha sumado a una serie de acuerdos, destacando el Protocolo de Kioto y la firma de la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre Cambio Climático, además de reuniones y convenciones en los que ha asumido el compromiso de promover el desarrollo integral, el fomento al cuidado ambiental y crecimiento verde y sobre todo la puesta en marcha de la Estrategia Nacional de Cambio Climático (ENCC) instrumento que guiará las acciones en los próximos 40 años.

Un parteaguas en esta agenda fue el Plan Nacional de Desarrollo, cuyo Eje 4 fomenta la eficacia en la generación y uso de energía, incluyendo el transporte, las energías renovables y el uso de tecnologías de bajas emisiones en los procesos industriales.

Otro instrumento importante es la Ley General de Cambio Climático que incluye instrumentos financieros, regulatorios y técnicos, así como de evaluación y vigilancia que en conjunto orientan y garantizan la ejecución de políticas en materia de cambio climático. Frente a ello se requiere tomar en cuenta los costos de transacción en infraestructura, equipos y herramienta tecnológica que coadyuven en el desarrollo sustentable.

Ante esta situación México tiene el reto de emprender medidas urgentes de adaptación y mitigación, reforzar la coordinación entre niveles de gobierno y empresas privadas que garanticen un menor impacto medioambiental, así como fomentar una cultura civil de respeto y cuidado al medio ambiente.

Políticas públicas para enfrentar la crisis y alcanzar un desarrollo es coordinado por los doctores Arturo Guillén Romo, profesor-investigador del Departamento de Economía de la Unidad Iztapalapa de la UAM; Antonina Ivanova Boncheva, catedrática de la UABCS; Alicia Girón González, investigadora del Instituto de Investigaciones Económicas de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), y María Eugenia Correa Vázquez, profesora en el Posgrado de Economía de la UNAM.