Por: Redacción/
En el mundo actual, el conocimiento no reconoce límites geográficos y la tecnología se integra como un producto que es compartido y empleado entre muchas naciones, afirmó el rector de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), Enrique Graue Wiechers.
Al participar en la inauguración del Foro Binacional México-Canadá “Ciencia, tecnología y desarrollo: el nexo academia-empresa”, expuso que “en la ciencia y la tecnología, las fronteras están desdibujadas desde hace tiempo, pues en ellas existe siempre un antecedente inmediato que permitió transmitirse, difundirse, sumar saberes, logros y evolucionar hacia un mundo mejor”.
Ante el secretario de Relaciones Exteriores, Marcelo Ebrard; el embajador de Canadá en México, Pierre Alarie; la directora general del Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt), Elena Álvarez–Buylla; y la asesora científica del Gobierno de Canadá, Mona Nemer, el rector de la UNAM sostuvo que es un absurdo construir muros y cotos cerrados.
Se requiere fortalecer alianzas estratégicas y consolidar los avances conseguidos, y el foro busca crear un puente entre México y Canadá para unir a ambas naciones y mejorar el desarrollo de sus sociedades, subrayó en el acto, en el que también estuvieron el subsecretario para América del Norte, Jesús Seade Kuri; el coordinador de la Investigación Científica de la UNAM, William Lee Alardín; y el CEO y director científico de Mitacs Inc. Canadá, Alejandro Adem.
En el salón José María Morelos y Pavón de la cancillería, Graue destacó que las relaciones académicas de la UNAM con Canadá son largas y sólidas: 25 convenios con universidades y organizaciones han propiciado la movilidad de 500 alumnos de esta casa de estudios en instituciones de educación superior de esa nación, y que 90 alumnos canadienses acudan a la UNAM en los últimos años.
Además, ha habido intercambio entre académicos, así como la publicación de casi 800 artículos de coautoría de investigadores de ambos países en revistas internacionales, en los últimos cuatro años; es decir, un promedio de 200 artículos al año.
Adicionalmente, la Universidad cuenta permanentemente con un centro de difusión académica en la ciudad de Gatineau.
Graue reiteró al canciller que pueden contar con la UNAM en todo lo que sea posible para apoyar la política exterior de México. También reconoció el apoyo del Instituto Mitacs –dedicado a la promoción de la investigación, su aplicación y a la creación de redes internacionales científicas– al foro.
En su oportunidad, Marcelo Ebrard señaló que la diplomacia del conocimiento es fundamental para que México logre su autonomía y acelere el crecimiento económico y bienestar social. Y no hay forma de lograrlo sin la ayuda de la Universidad Nacional, el Conacyt y otras instituciones científicas y tecnológicas. “La UNAM es siempre una guía en el pensamiento para la política exterior”.
El embajador Pierre Alarie se pronunció por fortalecer el intercambio académico entre las dos naciones. Al año, expuso, su país recibe 20 mil alumnos mexicanos y sólo siete mil acuden a estancias mayores a siete meses. Además, menos de 400 estudiantes canadienses vinieron a México el año pasado, mientras que en el 2000 la cifra era cercana a los cuatro mil.
El foro, efectuado en el marco de los 75 años de las relaciones Canadá-México, es una oportunidad para realizar más acciones conjuntas. “La elección del presidente Trump nos ayudó a los canadienses y los mexicanos a mirarnos a los ojos, después de 25 años de relación bilateral marcada por el TLCAN, por el vecino en común que tenemos. Podemos hacer mucho más juntos, a través del intercambio académico, científico y de amistad. Canadá y México somos amigos”, acentuó.
El director del Instituto de Matemáticas, José Antonio Seade Kuri, explicó que el propósito del Foro es explorar nuevos caminos de cooperación para que la ciencia y la tecnología contribuyan al desarrollo de nuestros países, y para ello se requiere de la intervención del gobierno, la academia y el sector empresarial.
Esta alianza, confió, debe contribuir a superar cifras como que México cuente con menos de 500 científicos por cada millón de habitantes, mientras Canadá tiene cuatro mil 500 científicos e ingenieros, y Corea del Sur cinco mil.
Corea, prosiguió, invierte en investigación 17 veces más que lo que destina México, y la inversión se traduce en crecimiento. En Gran Bretaña, por ejemplo, sólo la investigación matemática impacta a la economía con el 10 por ciento del total de empleos del país y el 16 del producto interno bruto (PIB).
Finalmente, Elena Álvarez–Buylla coincidió en que la cooperación internacional es fundamental para resolver los problemas que actualmente se presentan a escala global, como son la sostenibilidad y el cambio climático, que requieren que México apueste al desarrollo de ciencia de frontera y contribuir al avance del conocimiento.
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