Por: Redacción
El bombardeo de Estados Unidos contra Siria no se trata de un conflicto bilateral, más bien responde a una serie de fuerzas políticas locales e internacionales enfrentadas que repercuten en la paz y la seguridad mundiales, señaló el doctor José Luis León Manríquez, profesor-investigador de la Unidad Xochimilco de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM).
De acuerdo con el especialista adscrito al Departamento de Política y Cultura de esa sede académica existen tres poderes principales en pugna a nivel local, por lo que “es más que una guerra civil, por un lado, está la que representa Bashar al-Assad quien ha sido desafiado por rebeldes de carácter laico y, por otro, el Estado Islámico, movimiento musulmán que controla parte del territorio sirio”.
Los rusos, quienes conforman una tercera oposición, han manifestado respaldo al primer ministro de esa nación árabe, mientras que los estadounidenses apoyan a los grupos de guerrilla declarados en contra del Estado Islámico, lo cual “es una mezcla muy compleja que ha facilitado la generación de una crisis humanitaria global”.
Lo ocurrido en esa región del orbe “ya provocó una oleada de refugiados hacia Europa, Estados Unidos y otros países, pero también una gran cantidad de muertos”, expuso en entrevista el especialista en política internacional.
Los bombardeos ocurridos en últimas fechas resultan inesperados, ya que con la llegada al poder de Donald Trump parecía darse una tregua para aquella sociedad que permitiría abrir las negociaciones con el fin de crear un nuevo gobierno.
No obstante es un acuerdo descartado desde los ataques perpetrados contra civiles y el propio gobierno de Damasco, que implica una clara división entre Estados Unidos y Rusia, más aún, se coloca en una posición de mayor enfrentamiento.
“Ambas naciones ahora tratarán de demostrar su músculo militar en las semanas siguientes, aunque con un ojo puesto en la posibilidad de alcanzar un acuerdo”, apuntó.
León Manríquez opinó que la mayor atención de la política internacional deberá estar puesta en la aparente alianza manifestada entre Vladimir Putin y el mandatario estadounidense, pues “lo más importante es destacar que estos enfrentamientos irán en detrimento de la seguridad de los habitantes de esas zonas, ya que la mezcla de intereses locales ha abonado un tinte todavía más dramático a la situación que vive la población de aquella región”.
Tal vez sea temprano decirlo, pero parece que esa república árabe se está convirtiendo en el conflicto más costoso y más sangriento de lo que llevamos en el siglo XXI”, lamentó el experto en asuntos de relaciones internacionales.
Para los soviéticos es una de las batallas más relevantes, ya que está en juego una zona que fue uno de sus principales aliados en la región del medio oriente desde la Guerra Fría.
“Para Rusia es esencial no perder sus posiciones, incluso para Estados Unidos también significa una oportunidad para tomar poder en esa franja, ya que desde que ocurrió la Primavera Árabe se pensó que varias dictaduras laicas serían sustituidas por gobiernos democráticos, como ocurrió con Túnez. Al final no sucedió así, por el contrario, se reforzó el fundamentalismo islámico”.
Europa ha mantenido una posición más cauta, particularmente Alemania, y es un problema que llegó a ese continente por la llegada de refugiados, lo cual detonó una gran cantidad de debates internos acerca de la conveniencia de aceptarlos.
“En general hay un proceso de desestabilización en la que distintas naciones se están viendo involucradas, pero al mismo tiempo está creciendo un movimiento de ultraderecha basado en negar la entrada de refugiados y hay cada vez más críticas a la migración de extranjeros; lo ideal sería llegar a una solución según las normas que dicta el derecho mundial”, concluyó.
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