Por: Redacción
La eventual aplicación de un impuesto de 35 por ciento a las importaciones automotrices traería sanciones para Estados Unidos por parte de la Organización Mundial del Comercio (OMC) e incluso una recesión global que iría mucho más allá de la relación bilateral, advierte el Centro de Estudios Internacionales Gilberto Bosques (CEIGB).
En paralelo, si el nuevo presidente de Estados Unidos, Donald Trump, cumple su amenaza de establecer este gravamen a las exportaciones mexicanas de automóviles, las armadoras tendrían incentivos para ceder a la presión, si los costos de producir en México se emparejan con los de Estados Unidos.
Un análisis del CEIGB, publicado en una Nota de Coyuntura, incluye el escenario actual de la industria automotriz en México, su crecimiento en los últimos 20 años y la importancia de este sector para el desarrollo económico del país.
El Centro concluye que la industria automotriz en México tiene tres alternativas, que no son excluyentes entre sí: 1) incrementar su competitividad; 2) diversificar los destinos de sus exportaciones, ya que las importaciones están considerablemente diversificadas, y 3) vincular la producción nacional con el mercado interno.
Un incremento en la competitividad que permita –aun con un hipotético arancel a la exportación de la manufactura en México– rentabilidad a las compañías, depende de la modernización de la infraestructura portuaria y logística, y del mejoramiento del ambiente regulatorio de negocios, a fin de depender cada vez menos de los niveles salariales y fortalecer al débil mercado interno.
El Centro apunta que la región de América del Norte muestra un alto nivel de integración, en lo que respecta a la industria automotriz, dado que tres cuartas partes de las exportaciones de autopartes y vehículos terminados de los socios se queda dentro de la región y, las exportaciones automotrices de la zona al resto del mundo, han crecido un 35 por ciento de 2008 a 2015.
Por lo anterior, un impuesto, como lo plantea Trump, tendría efectos negativos en las cadenas de valor de la producción de automóviles en América del Norte, de las que se benefician enormemente los tres países, tanto en términos de empleo como de crecimiento económico.
En el documento, también se señala que la industria automotriz mexicana representa 3 por ciento del Producto Interno Bruto (PIB), y el 18 por ciento del PIB manufacturero, provee alrededor de 900 mil empleos directos y representa el 27 por ciento de las exportaciones totales mexicanas.
Este escenario ha sido posible gracias a la competitividad, menores costos de producción y ubicación geográfica; así como las cadenas de valor creadas por la entrada del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN), hace 23 años.
Antes de la entrada en vigor del TLCAN, en 1994, México producía un millón de vehículos anuales; para 2015 esta cifra se había triplicado, lo que convirtió a nuestro país en el séptimo productor y cuarto exportador a nivel mundial, sólo por detrás de Corea del Sur, Japón y Alemania.
La presente investigación plantea cómo se verá afectado el país por las amenazas y presiones de Donald Trump, al pretender establecer medidas para mantener los trabajos manufactureros en territorio estadounidense y evitar el establecimiento de empresas en otras naciones, incluyendo a México.
Estas amenazas han tenido ya efectos: la Ford canceló la construcción de una planta en San Luis Potosí; General Motors anunció el traslado de la producción de ejes de sus camionetas pick up de México a territorio estadounidense.
Otras armadoras, como BMW, han hecho frente a las presiones y aseguran que no desistirán de sus planes de construcción en México; lo que ha ocasionado que Trump amenace con implementar un impuesto del 35 por ciento a las importaciones provenientes de nuestro país.
Para conocer más de esta investigación, se invita revisar la Nota de Coyuntura en el siguiente enlace: http://centrogilbertob
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