Por: Redacción/
La alfarería es la rama artesanal más antigua de la humanidad. En México apareció hace cerca de dos mil años a. C. En muchos pueblos indígenas y mestizos existen ceramistas de gran tradición, maestros del barro, con un genio que ha traspasado las fronteras. Es el caso del artesano don José García Antonio, quien compartirá sus experiencias de vida con el creador Fernando Peguero García como parte del ciclo Huehue: diálogos a través del tiempo, en el Museo Nacional de Culturas Populares.
El miércoles 11 de marzo, a las 19:00 horas, el patio Jacarandas será el escenario de esta charla intergeneracional que lleva por título Alfarero y barro, oficio y objeto milenario, organizada por la Secretaría de Cultura del Gobierno de México, a través de la Dirección General de Culturas Populares, Indígenas y Urbanas, donde un Huehue (palabra proveniente del náhuatl que en español significa “viejo sabio”) dialoga con un joven en torno a un tema.
Don José García Antonio es artesano zapoteca originario de San Antonino Castillo Velasco, Ocotlán, Oaxaca. Hace casi 20 años perdió la vista debido al glaucoma, pero no su pasión descubierta desde la infancia por moldear obras que reflejaran la belleza de su cultura, en especial, sus hermosas sirenas y las figuras de mujeres oaxaqueñas de tamaño natural.
Cuando niño, don José se entretenía creando en arcilla sus propios juguetes y plasmando, de forma autodidacta, la memoria y naturaleza del pueblo zapoteco, cuna de generaciones de artesanos desde la época prehispánica. Su especialidad: la técnica floral de siempreviva, en combinación con el moldeado, modelaje, graffito y pastillaje. La materia prima: el barro obtenido en la zona que habita, que transforma a partir de procesos ancestrales.
Desde que su vista menguó, su esposa Santa Teresita Mendoza Reyna se convirtió en su inseparable compañera creativa e inspiración para obras que han sido acreedoras a premios nacionales y al reconocimiento de su trabajo en diversos países.
El año pasado, García Antonio fue galardonado por su trayectoria en la 43 edición del Premio Nacional de la Cerámica, que otorga el Gobierno de México y la Secretaría de Cultura, a través de la Dirección General de Culturas Populares, Indígenas y Urbanas y el Fondo Nacional para el Fomento de las Artesanías, en colaboración con el gobierno de Jalisco. Durante la ceremonia expresó: “Que la diversidad cultural sea uno de los pilares de los nuevos valores que deseamos resaltar: la paz, la creatividad, el amor por la patria, el trabajo conjunto y el orgullo de ser mexicano”.
Las manos convertidas en instrumentos de la imaginación, el calor del horno y la complicidad de su esposa Santa Teresita han sido los aliados del maestro oaxaqueño en el milenario oficio de la artesanía en barro, que ahora compartirá con su joven colega Fernando Peguero García en el ciclo Huehue: diálogos a través del tiempo.
Fernando Peguero García es creador zapoteco de Santa María Atzompa, Oaxaca, proviene de una larga línea familiar de artesanos. Su abuela, Teodora Blanco, fue una de las escultoras más famosas de México y de las favoritas del ex vicepresidente de Estados Unidos, Nelson A. Rockefeller, quien solía visitarla con su hija Ann Rockefeller. Muchas de las obras de la creadora forman parte de colección personal del político.
A los 20 años de edad, Peguero García ganó su primer premio como ceramista por la obra La boda del vaquero y la catrina, que fue publicada en el libro Arte popular oaxaqueño en el nuevo milenio: Nutriendo jóvenes artistas del estado de Oaxaca. También fue acreedor a una beca para estudiar la licenciatura en artes plásticas y visuales, donde se formó en distintas técnicas de escultura.
En su trabajo, el joven artesano de 32 años experimenta combinando sus conocimientos cultivados en la academia con el oficio tradicional aprendido de sus padres. El resultado son obras que han obtenido una serie de premios de arte popular en el país, entre ellos, en el 43 Premio Nacional de la Cerámica, en la categoría de Cerámica Contemporánea, por la pieza titulada Corteza, un frutero modelado a mano con un calado que logró de forma magistral y decorado con óxido y esmalte.
En su quehacer como artesano, escultor o ceramista, Fernando retoma algunas características de la alfarería tradicional que distinguen a Atzompa: la cerámica engretada de color verde y el trabajo al natural, con pastillaje en piezas utilitarias, pero especialmente en objetos ornamentales.
La charla Alfarero y barro, oficio y objeto milenario, del ciclo Huehue, se llevará a cabo el miércoles 11 de marzo, a las 19:00 horas, en el patio Jacarandas del Museo Nacional de Culturas Populares (Av. Hidalgo 289, col. Del Carmen, Coyoacán, Ciudad de México). La entrada es libre.
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