Por: Redacción/
La investigación liderada por una relatora especial de la ONU ha concluido que, “prima facie” (a primera vista) el periodista saudita Jamal Khashoggi “fue víctima de un asesinato brutal y premeditado, planeado y perpetrado por funcionarios de Arabia Saudita”.
Agnes Callamard, la relatora especial* sobre ejecuciones extrajudiciales, dirigió un equipo de cuatro personas que viajaron a Turquía a finales de enero para investigar el crimen.
Callamard explicó que los intentos de Turquía de llevar a cabo una investigación rápida, independiente y transparente “han sido restringidos y socavados gravemente por Arabia Saudita”. “Desafortunadamente, a los investigadores turcos no se les dio el tiempo ni el acceso adecuado para llevar a cabo un análisis profesional y efectivo de la escena del crimen”.
El asesinato, añade, viola la ley internacional y las reglas de las relaciones internacionales ya que la inmunidad diplomática nunca tuvo el propósito “de que se pudieran cometer crímenes y exonerar a los autores de su responsabilidad”. La relatora describe la respuesta saudita como “inmunidad para tener impunidad”.
Khashoggi, que era un columnista del Washington Post crítico con la monarquía saudita, fue asesinado en el Consulado de Arabia Saudita en Estambul el 2 de octubre.
El equipo -compuesto por Callamard, la abogada Helena Kennedy, el experto forense Duarte Nuno Vieira, y el investigador Paul Johnston- tuvo acceso a información “crucial” sobre el asesinato, como partes del “escalofriante y espantoso material de audio” del homicidio obtenido por la inteligencia turca. Los investigadores no pudieron hacer un examen técnico completo del material y verificar su autenticidad.
Tampoco pudieron reunirse con los investigadores turcos que han estado trabajando en el caso, como el jefe de la policía y expertos criminalísticos y forenses. Por eso, Callamard pidió a las autoridades que les den acceso a los informes que ellos han preparado.
Implicaciones internacionales
Callamard aseguró que el asesinato de Khashoggi “plantea una serie de implicaciones internacionales que demandan la atención de la comunidad internacional, incluyendo a las Naciones Unidas”.
El crimen, añade, es parte de un patrón de asesinatos de periodistas, defensores de derechos humanos, activistas y opositores. “Huir al extranjero en busca de seguridad es cada vez una forma menos fiable de protección”, dijo Callamard. “La comunidad internacional tiene que pronunciarse de forma clara y colectivamente contra estas prácticas”.
Informe final
El informe final de la relatora será presentado ante el Consejo de Derechos Humanos de la ONU en junio.
La experta agradeció al Gobierno de Turquía su colaboración y le pidió que continúe cooperando con su misión. “Pretendo seguir evaluando las pruebas en las próximas semanas y pido que cualquiera que tenga conocimiento o información de inteligencia sobre lo ocurrido antes y después del asesinato de Khashoggi los comparta con nosotros”.
El equipo de Callamard se reunió con el ministro de Asuntos Exteriores turco, el responsable de las agencias de inteligencia y el fiscal general de Estambul, además de miembros de la sociedad civil y periodistas del país.
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