Por: Redacción/
Las artes digitales pueden generar nuevas narrativas por su diversidad de lenguajes y capacidad para desarrollar experiencias, afirmó la doctora Diana Elena Barcelata Eguiarte al hablar sobre los Procesos de significación en las artes electrónicas y digitales, en la Unidad Xochimilco de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM).
Los lenguajes que emergen de las nuevas tecnologías pueden subvertir el statu quo, irrumpir en el orden social y suscitar reflexiones, ya que dan cabida a voces emergentes dentro de los espacios expositivos y los campos de producción cultural, con el objetivo de promover enfoques críticos y discusiones en torno al arte, afirmó la egresada del Doctorado en Ciencias y Artes para el Diseño de la Casa abierta al tiempo.
“A los artistas y a quienes estamos inmersos en estos nuevos medios también nos interesa entender la forma como genera conciencia, pues desde el arte y las vanguardias se han propuesto voces capaces de generar otros planteamientos”.
El arte sonoro, el videoarte o la instalación son manifestaciones que permiten entablar diálogos entre creación y tecnología y favorecer su integración en espacios interdiscursivos como los museos.
Dichos lugares, dijo, deben ser entendidos como sitios de significación, polémicos y polivalentes, como “un vehículo entre los bienes culturales y el destinatario, espacios de intercambio y producción de sentido, en los que los objetos se envuelven en una red de significaciones”.
Barcelata Eguiarte indicó que en los años recientes se ha transformado la manera como se objetivan y materializan los procesos de significación en dichos espacios, tal es el caso del Laboratorio Arte Alameda (LAA) o el Ex Teresa Arte Actual.
Además compartió un estudio de caso que realizó en el LAA para dar cuenta de la semiosfera del museo, el uso y la apropiación de estos espacios y la construcción narrativa que se hace en torno a ellos.
En su estudio realizó una encuesta que buscó entender la lógica de recepción e interacciones en el recinto, un sitio dedicado a la exhibición, documentación, producción e investigación de las prácticas artísticas, que utilizan y ponen en diálogo la relación arte-tecnología.
Los museos que se han adaptado con el mismo fin también han transformado sus alcances, la dinámica de intercambio y la oferta artística, con el objetivo de dar cabida a las nuevas tecnologías, apuntó.
Dichos soportes tienen la capacidad de detonar una serie de significados en quienes los están leyendo, al interpelar y cuestionar la relidad y lo que sucede alrededor, ejemplo de ello es el trabajo de artistas como Marcela Armas, Gilberto Esparza o Alfredo Salomón.
Estos creadores trabajan “instalaciones que generan una reflexión, no para dar una lectura acabada o una interpretación univoca, sino para promover diferentes puntos de vista”.
La investigadora concluyó que “es necesario replantearnos las lógicas curatoriales y el papel de la mediación, así como las formas de exposición en los espacios museísticos, ya que lo digital da la oportunidad de generar otros intercambios e interacciones entre el autor y el espectador”.
Las artes alectrónicas y todos estos nuevos medios realmente pueden propiciar la reflexión, ya no es contemplar la Mona Lisa y embelesarse, ya que “quizá la belleza la encuentras justamente a través de esta posibilidad de reflexión”.
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