Por: Redacción/
El abuso sexual y la violación de personas mayores es un tema que rara vez se discute. Sin embargo es una realidad, asegura una experta independiente de la ONU.
Según Rosa Kornfeld-Matte, el mundo debe estar más atento y reportar los casos sospechosos de abuso, ya que estos rara vez se detectan o denuncian, incluso cuando se producen señales claras de advertencia.
“El abuso sexual y la violación de personas mayores sigue siendo un tabú. Se mantiene en gran medida sin ser reportado y no detectado y por lo tanto invisible. Con el envejecimiento de nuestras sociedades, se espera que este problema crezca dramáticamente. Sin embargo, sin suficientes datos, estadísticas y estudios, no tendremos ni siquiera una estimación de las dimensiones involucradas”, aseguró la experta sobre el disfrute de todos los derechos humanos por parte de las personas mayores.
El abuso sexual y la violación de personas mayores sigue siendo un tabú. Se mantiene en gran medida sin ser reportado y no detectado y por lo tanto invisible.
Según Kornfeld-Matte, uno de los desafíos del abuso sexual es la perpetuación del mito de que los extraños son quienes los cometen. Lamentablemente, la mayoría de los abusadores son miembros de la familia, parientes u otros confidentes típicamente en posiciones de cuidado. Esto explica la naturaleza intrínsecamente sensible del problema.
El mito se sustenta en una actitud social que no acepta el concepto de sexualidad en la edad avanzada, y por lo tanto la idea de que una mujer mayor puede ser atacada porque es una mujer.
“Los estereotipos negativos, como el de que las personas mayores no son seres sexuales, su mayor dependencia de los demás, su posible lealtad dividida a los miembros del personal o los residentes, son barreras únicas para informar, detectar y prevenir la agresión sexual en hogares de ancianos. A pesar de las graves consecuencias para la salud, los esfuerzos para prevenir y abordar el abuso siguen siendo inadecuados”, asegura la experta.
Otro desafío del abuso sexual de personas mayores es que las pruebas forenses y otras pruebas criminales puede perderse por compasión errónea o vergüenza de otras personas que desean hacer que la persona mayor se sienta cómoda en lugar de llamar a la policía.
“Muy a menudo, el comportamiento de una persona mayor, incluso si tiene confusión, le dirá que algo está mal. Incluso con la demencia, las personas a menudo pueden expresar sus sentimientos si se toma el tiempo de escuchar, observar y tomar nota. Una condición previa para un aumento en el reporte y detección de abuso es que todos seamos conscientes y estemos alerta sobre el hecho de que el abuso sexual de personas mayores es posible”, agrega Kornfeld-Matte.
La experta, cuya declaración llega por el DíaMundial de Concientización sobre el Abuso de Ancianos que se conmemora cada 15 de junio, asegura que no solo los familiares y confidentes, sino también el personal de los hospitales y centros de atención deben estar al tanto de la existencia de la agresión sexual y que es su deber como proveedores de atención informar de la presunta o presunta agresión sexual de manera oportuna.
“Se necesita más educación, capacitación, así como datos e investigación para abordar las brechas de conocimiento en torno a la incidencia, los niveles de información, la naturaleza de las investigaciones, las respuestas necesarias para ayudar mejor a la víctima y las intervenciones necesarias para prevenir la agresión sexual”, concluyó.
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