- El filme –de 30 minutos de duración– cuenta la historia de Juana Cossío Galán, originaria de Pinotepa de Don Luis, Oaxaca, y la de su nieta, Nadia Hernández Avendaño, quien ve con un lente propio las decisiones de vida de su abuela.
Por: Redacción/
Con el cortometraje Kunami Che’e: los caminos de la nagua, Aymara Larson Rivero, licenciada en Antropología Social por la Unidad Iztapalapa de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM), obtuvo Mención Honorífica en el Premio José Rovirosa –en la categoría de Mejor Documental Estudiantil– que otorga la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).
El filme –de 30 minutos de duración– cuenta la historia de Juana Cossío Galán, originaria de Pinotepa de Don Luis, Oaxaca, y la de su nieta, Nadia Hernández Avendaño, quien ve con un lente propio las decisiones de vida de su abuela; estas dos voces se hilan en un proceso de producción del telar de cintura típico de la región: la nagua.
Con este trabajo, que resultó de una investigación sobre el significado de la vestimenta local y llevada a cabo en esa comunidad oaxaqueña entre 2017 y 2018, la galardonada se tituló en esta casa de estudios.
“La nagua es el enredo tradicional de la mixteca de la costa elaborada a partir de varias tiras de telar de cintura; tiene patrones definidos de franjas y grecas con uso de hilos rojos, negros o azules y morados” e históricamente se hacía con algodón teñido con grana cochinilla, añil y caracol púrpura, aunque ahora son en su mayoría industriales.
La decisión de indagar sobre este tema obedeció a la importancia de la usanza textil en la zona, a partir de una práctica económica y social de las mujeres desde tiempos prehispánicos, por lo que “estudiar ese instrumento me indicaría otras interacciones sociales y culturales, así que durante mi estancia allá me hice amiga de Nadia y conocí a su abuela”, comentó la egresada.
La tradición de esa actividad se ha preservado con algunos cambios, respecto de los usos originales y, aun cuando al interior de la colectividad hay una noción de que se está perdiendo, la investigación arrojó que se ha transformado en forma constante, lo que se refleja “en la confección de las prendas con un estilo más occidental, pero a partir de los tejidos típicos, lo cual ha conformado un mercado muy sólido y un interés por parte de las nuevas generaciones”.
Un material audiovisual permite un mayor alcance de difusión, al ser un medio con alto potencial para plasmar este tipo de temas y trasladarse sensiblemente a otros contextos culturales, en virtud de que “la antropología visual posibilita el entendimiento mutuo, ya que con el encuentro intersubjetivo nos acercamos y dejamos huella”.
La cámara como herramienta llevó a la egresada de la UAM a contestar las preguntas de investigación sobre la experiencia de ser mujer, de manera muy distinta a las reflexiones escritas, ya que su aliciente principal no era explicar dichas costumbres, sino ver la diversidad que existe dentro de ellas.
“Aún no hay muchas tesis realizadas en video y esto se está consolidando en el Departamento de Antropología, por lo que algunas cuestiones técnicas deberán irse aprendiendo sobre la marcha”.
Respecto de su aprendizaje a lo largo de la Licenciatura destacó que en la UAM se está dando espacio a la antropología audiovisual como metodología para el trabajo etnográfico y herramienta de análisis.
El Premio José Rovirosa, impulsado por la Dirección General de Actividades Cinematográficas de la UNAM y la Escuela Nacional de Artes Cinematográficas (ENAC), es uno de los más antiguos que se confiere al documental en México y sus objetivos son estimular la producción de este arte a nivel nacional; impulsar proyectos de calidad, y ratificar el compromiso con la difusión. El Jurado de la categoría a Mejor Documental Estudiantil estuvo conformado por Diego Rodrigo Ruiz Velázquez (ganador del Premio en 2019), Luna Marán y Mariana Rodríguez.
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