Por: Redacción/
Dado el desinterés, desencanto e insatisfacción ciudadanos sobre la vida política del país, particularmente entre jóvenes, la diputada María Luisa Beltrán Reyes se pronunció por inculcar valores cívicos y de cultura democrática desde los procesos de enseñanza-aprendizaje y para tal efecto propuso reformar la Ley General de Educación.
Se trata de agregar la fracción V Bis al artículo 7 de dicha norma, de modo que la educación que impartan el Estado, sus organismos descentralizados y los particulares con autorización o reconocimiento oficial tenga, además de los fines establecidos en el artículo 3 de la Constitución, el de fomentar y promover valores cívicos y de cultura democrática.
En su argumentación, la parlamentaria del Sol Azteca refirió que diversos estudios y encuestas arrojan resultados preocupantes sobre la insatisfacción de los ciudadanos en el sistema político, pero además sobre la pasividad de una parte de la sociedad que reclama derechos, pero que no cumple con sus obligaciones, como la de participar y votar en los comicios.
Lamentablemente –dijo- el nivel de abstencionismo en México va a la alza, pues de acuerdo con el estudio “Calidad de la Ciudadanía” del Instituto Nacional Electoral (INE), en 2012 sólo 62 por ciento de ciudadanos, la mayoría de ellos adultos de 40 a 79 años, salieron a elegir a sus representantes, mientras que los jóvenes de entre 20 y 39 años se abstuvieron.
Agregó que para fomentar la participación ciudadana en un país en donde la cultura política va en decadencia es necesario inculcar en niños, niñas, adolescentes y jóvenes una serie de principios cívicos importantes, a fin de que los futuros tomadores de decisiones cuenten con herramientas mínimas para ejercer sus derechos sociales, económicos y políticos.
Algunos de estos valores –puntualizó- son tolerancia, responsabilidad, solidaridad, honradez, libertad, igualdad y justicia.
Con base en diversos estudios, la legisladora del GPPRD apuntó que las edades en las cuales es más conveniente implementar programas de educación cívica es entre jóvenes de 18 a 24 años de edad y en mujeres de 18 a 40 años, pues son quienes presentan los mayores índices de abstencionismo.
De igual forma, es en niños y jóvenes de primaria y secundaria de entre nueve y 14 años de edad porque es justo en esta etapa donde se forman y fomentan los valores y actitudes que aplicarán en su vida adulta.
La parlamentaria del Sol Azteca consideró necesario que la educación cívica se encuentre alejada de todo tipo de partidismos, además de que debe contener el principio de interés general y de promover la participación de la sociedad en las diferentes decisiones que los afectan o benefician.
“Inculcar en los más pequeños el amor por su patria no es un tema que se pueda delegar exclusivamente a los padres y a la sociedad”, afirmó.
Reiteró que educar para la ciudadanía implica el aprendizaje de los derechos y deberes de los ciudadanos, el respeto de valores democráticos y los Derechos Humanos, así como la importancia de la igualdad, la solidaridad, la tolerancia, la colaboración y la participación de una sociedad democrática y la justicia social.
“Es un medio de preparar a la infancia y a la juventud a ser ciudadanos responsables y activos, y debe ser fomentado desde edades tempranas. La educación ciudadana debe buscar formar futuros ciudadanos que conozcan sus derechos, asuman sus deberes y desarrollen hábitos cívicos”, concluyó.
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