Por: Redacción
Académicos de la UNAM coincidieron en afirmar que si se quiere cuidar al planeta es necesario educar a la población mundial en educación ambiental, y que los gobiernos emprendan acciones enfocadas realmente a conservar y proteger la vida en el orbe.
En conferencia de prensa realizada con motivo de la conmemoración del Día Internacional de la Tierra, destacaron que buena parte de las áreas arboladas del mundo se han destruido, lo cual no sólo implica un proceso importante de deterioro ambiental, sino también económico, pues la diversidad biológica además de generar recursos alimentarios, repercute en aspectos como la calidad del agua y del aire, así como en la pérdida de especies.
Elizabeth Solleiro Rebolledo, integrante del posgrado en Ciencias de la Tierra, consideró que es importante cuidar el suelo porque desde siempre la agricultura ha sido base para el avance de los pueblos, “de modo que si conservamos los recursos naturales tendremos asegurada la base de nuestro desarrollo en el futuro”.
Sin embargo, dijo, en los últimos años hemos destruido los recursos y en muchos de los casos desconocemos las funciones que tiene la tierra para la vida en el planeta. Por ejemplo, los árboles no sólo proporcionan oxígeno, también absorben olores y gases contaminantes y proporcionan alimentos a los pueblos.
Por ello, resaltó, propuestas como la de restaurar camellones en la Ciudad de México “pueden servir si se hacen con el propósito de dotar de áreas verdes a la urbe y darle un pulmón”.
En su oportunidad, Alfonso Valiente, investigador del Instituto de Ecología, mencionó que México tiene alrededor de 60 por ciento de los pinos y cerca del 30 por ciento de encinos a nivel mundial. El problema es que muchos de los bosques de estas especies sufren una tala importante, refirió.
Este proceso de extracción de la madera también afecta o elimina a otras especies cuya función es vital para procesos como la polinización, o la subsistencia de otras como las bacterias y hongos, responsables de todos los ciclos biogeoquímicos del mundo; por ello, debemos entender que si acabamos con esos organismos terminamos con la vida, alertó.
Por su parte, Dante Morán Zenteno, investigador del Instituto de Geología, dijo que conmemorar el Día Internacional de la Tierra, hoy 22 de abril, es un recordatorio de que el planeta es sensible y se puede desestabilizar, sobre todo la biósfera y el suelo, a partir de procesos que ocurren lentamente.
Aunque fue hace pocos años cuando los especialistas empezaron a hablar de los problemas ambientales como algo global, hoy es urgente que el mundo trabaje coordinadamente en las soluciones, enfatizó.
Actualmente, concluyó, algunos investigadores buscan comparar las emisiones de CO2 de hace 450 millones de años con las actuales para saber en qué tasas se acumuló en el pasado y a qué tasa lo acumulamos en el presente.
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