Por: Redacción
Con una trayectoria de más de 40 años como profesor-investigador de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM) en los que se ha dedicado al estudio de la física, en particular a la estabilidad de sistemas periódicos no-lineales, fenómenos periódicos no-lineales y dinámica no-lineal, el doctor Eduardo Piña Garza se convertirá en el décimo primer Profesor Emérito de esta institución.
La máxima distinción que esta casa de estudios otorga a sus académicos se suma a otras ya obtenidas por el doctor Piña Garza, nombrado en 1991 Profesor Distinguido de la UAM y miembro del Sistema Nacional de Investigadores, la Sociedad Mexicana de Física y la Academia Mexicana de Ciencias.
El físico por la Facultad de Ciencias de la Universidad Nacional Autónoma de México y doctor en la misma disciplina por la Universidad Libre de Bruselas, Bélgica, expresó su alegría y agradeció “a quienes me propusieron para esta distinción y que hayan pensado en mí, antes que en muchos otros que seguramente también la merecen”.
En una entrevista realizada en su cubículo de la Unidad Iztapalapa, el doctor Piña Garza refirió que varios profesores eméritos han surgido de la División de Ciencias Básicas e Ingeniería, instancia académica formada con muchos profesores –científicos e ingenieros– que ya tenían mucha experiencia antes de llegar a la universidad.
Entre ellos el primer rector Alonso Fernández y los doctores Fernando del Río, Roberto Alexander, Ricardo Gómez, Anik Vivier y otros que ya han muerto, como Leopoldo García Colín y Ernesto Lacomba, que por cierto “son pérdidas que nos dejaron grandes huecos, pero que dejaron también alumnos jóvenes que siguen intentando hacer una mejor universidad”.
El doctor Piña Garza señaló que no sólo la División de Ciencias Básicas e Ingeniería, sino la UAM en general ha tenido un avance notable en estas cuatro décadas, pues “veo muy bien a los jóvenes que han ido creciendo, llegan con ideas nuevas y me da mucho gusto la producción de resultados que se están teniendo en beneficio de la ciencia y del país.
“Y me da gusto porque desde niño he tenido un interés muy especial en la ciencia”, dijo el doctor Piña Garza, quien ha desarrollado trabajo científico en la Universidad de Texas, en Austin, la Comisión Nacional de Energía Nuclear, el Instituto Mexicano del Petróleo y el Instituto Nacional de Investigaciones Nucleares.
Esto demuestra la vocación del científico nacido en 1939, un interés mantenido por toda la vida, desde el ambiente familiar, donde “todos mis hermanos –somos como diez– también eran científicos”, además de haber vivido una época en la que en el país se empezaba a formar a los científicos y éstos, a su vez, a hacerse notar y labrarse un prestigio, “es decir el medio de la ciencia estaba influyendo muy fuerte en el desarrollo del mundo”.
Tal vez en aquel entonces en aplicaciones para la guerra, “porque nos tocó la Segunda Guerra Mundial”, pero después aquello se convirtió en importantes aplicaciones en un movimiento global en favor del uso de la energía nuclear.
En ese trayecto, la física y las matemáticas fueron las disciplinas que más me atrajeron porque su lenguaje “es diferente al castellano”, pero una vez que se comprende “uno se entiende con la naturaleza porque la naturaleza tiene el lenguaje de la matemática; de esta manera si uno quiere platicar con la naturaleza, hacerle preguntas y que ésta conteste hay que usar un poco de matemáticas”.
En ese sentido la docencia ha sido “muy importante para mí, porque trato de contagiar a los alumnos la estima que tengo por la naturaleza y mucho de mi trabajo ha sido tratar de simplificar lo que más me ha costado trabajo entender” y explicárselos para que a ellos les sea un poco más fácil.
“Uno hace esta labor con gran esfuerzo y a veces parece que no lo ha logrado”, sin embargo, hay muchos egresados que son profesionales que tienen en su recuerdo haber aprendido cosas interesantes con sus profesores y a los que verdaderamente les ha servido la enseñanza “y eso es relevante para mí”.
El doctor Piña Garza subrayó que la ciencia y la tecnología se desarrollan vertiginosamente en el mundo y en México “también hay mucho desarrollo”; la cuestión está en que “han crecido tanto, que es difícil darse cuenta de todo ello, pero va muy bien”.
Como científico “quiero ayudar a mi patria y a mi universidad; ofrecer conocimientos nuevos importantes; tener la posibilidad de explicar las cosas a los demás de manera adecuada y enseñarles a hacer investigación; eso es primordial porque de otra manera no estaría haciendo bien mi trabajo”, concluyó.
El doctor Piña Garza será investido como Profesor Emérito en una ceremonia que se llevará a cabo el miércoles 16 de marzo, a las 13:00 horas, en el Auditorio Arquitecto Pedro Ramírez Vázquez de la Rectoría General de la UAM.
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