Por. Redacción/

Extraer agua del drenaje entubado en Viaducto Miguel Alemán desde hace más de 70 años y limpiarla a través de un sistema de humedales artificiales para ser reutilizada, es uno de los múltiples beneficios del Ecoducto CDMX Río de la Piedad, obra que contribuye a la mitigación del cambio climático.

Sensible a las demandas ciudadanas, el Gobierno de la Ciudad de México, encabezado por Miguel Ángel Mancera Espinosa, rehabilitó este espacio público de 1.6 kilómetros, de la calle Unión a la Avenida Monterrey, para la recreación de los capitalinos.

Este parque lineal fue creado, en coordinación con la Asociación Civil “Cuatro al Cubo”, con 4 mil 800 metros cuadrados de vegetación, lo que favorece la producción de oxígeno y contribuye a la reducción de 50 toneladas de carbono emitidas a la atmósfera cada año.

Además, aporta a la disminución de 10 decibeles al interior del Ecoducto, debido a la cortina vegetal, en comparación con el ruido exterior.

El titular de la Agencia de Gestión Urbana (AGU), Jaime Slomianski Aguilar, explicó que el parque lineal contará con cuatro tipos de humedales y ocho biodigestores que removerán los principales contaminantes: materia carbonosa, microorganismos patógenos, sólidos suspendidos y metales pesados, para convertir 30 mil litros diarios de aguas negras en agua tratada.

El Ecoducto Río de la Piedad consta de cuatro tramos y, actualmente, se encuentran en los últimos trabajos en la zona de biodigestores.

Asimismo, el también City Manager agregó que este espacio también fue habilitado para la recreación de los capitalinos, beneficiando a alrededor de 300 mil personas.

El biólogo Alejandro Alva Martínez, del Departamento de Hidrobiología de la Universidad Autónoma de Metropolitana (UAM), quien participa en el proyecto, señaló que las plantas están en un periodo de pre aclimatación para seleccionar a las especies resistentes, ya que ninguna de éstas había sido probada sobre Viaducto y es por ello que deben llevar este proceso.

Aseguró que en el lugar existen 50 mil ejemplares de plantas, de 50 especies diferentes (acuáticas, crasuláceas y ornamentales), que forman parte de los humedales y servirán —como en la naturaleza— para limpiar el agua del Río de la Piedad, que será extraída.