- Los panistas carecen de ideólogos y caudillos. Es un partido que Marko Cortés, dirigente panista, delineó solo de personalidades mediáticas.
Por: Israel Mendoza Pérez-@imendozape/
La crisis del PAN es más profunda de lo esperado. No sólo se trata de la pérdida de ideología, del olvido de principios y adoctrinamiento. También es la falta de liderazgos internos con la capacidad de negociar alianzas, perfilar candidatos y trazar una ruta viable en lo electoral para 2022 y 2024.
Los panistas carecen de ideólogos y caudillos. Es un partido que Marko Cortés, dirigente panista, delineó solo de personalidades mediáticas.
En los partidos políticos, lo mediático no es sinónimo de densidad política. Sin embargo, la dirigencia Marko Cortés está en esa tesitura. Por ello es que hace unos días, en una reunión de 12 exgobernadores panistas, encabezados por Carlos Medina, Fernando Canales, Marco Adame y Marcelo de los Santos quieren convertirse en la voz de peso al interior del partido blanquiazul para retomar el camino extraviado.
Lo primero que buscan es revisar el programa de acción política y modificar los estatutos internos para facilitar la afiliación de nuevos militantes, lo que permitirá contar con un padrón verificable para la selección de dirigentes o de candidatos a puestos de elección popular. Ya que la selección pasada en la que metió las manos Marko Cortés simplemente sirvió para empujar al vacío espacios panistas.
Sin embargo, mientras los panistas ya considerados históricos, apenas comienzan a retomar el camino del partido y buscar la incorporación de nuevos cuadros y ciudadanizar sus filas, llevan 10 años de retraso ya que mientras el PAN se reestructura, el partido en el poder ya tiene al menos cuatro presidenciables.
Es decir, en lo que el panismo se acomoda en la línea de salida, el partido oficial ya lleva metros de distancia. Esa es parte de la discusión y disgusto al interior de el PAN ya que Marko Cortés dejó que los rebasarán por la izquierda.
La preocupación crece al interior del PAN. En más de 20 años, el panismo ha impulsado alianzas y coaliciones; sin embargo, a la hora de los resultados los candidatos adoptan el mejor proyecto por afinidad ideológica y todo quedó en triunfos pírricos mas no en la construcción de gobiernos plurales y ciudadanizados.
El pragmatismo exacerbado de Marko Cortés es el ejemplo más claro de esa pérdida de valores y resultados mediocres. La situación actual del PAN, se debe ver el momento que vive el país y lo que se debe impulsar es la transición a una democracia más participativa.
El PAN tiene una crisis fuerte, institucional, cuesta arriba. De seguir en ese camino perderá su papel como el principal partido de oposición en tiempos de la cuatroté. Sin liderazgos, el PAN dejará de ser una alternativa de cambio ya que le falta consistencia, identidad y cercanía con la base de votantes.
Lo que hay en las entrañas de Acción Nacional es un control muy férreo del partido desde la dirigencia y que se ha venido incrementando con las últimas decisiones, que parecerían están solo mirando hacia adentro, el único valor son los votos internos y el control absoluto de Cortés y sus aliados.
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