- Investigar a trabajadores de la CNDH a través de un software en la red interna de la comisión se convirtió en una práctica cotidiana.
Por: Israel Mendoza Pérez-@imendozape/
Al interior de la CNDH, los incondicionales de Francisco Estrada Correa, secretario Ejecutivo del organismo, convirtieron los pasillos y oficinas de la comisión en un campo de batalla en la que el hostigamiento, el acoso laboral y el trato hostil son el pan de cada día. Al secretario Ejecutivo, lo llaman a sus espaldas el machuchón ya que por la concentración de poder que adquirió comenzó a tomar decisiones y expulsar a quienes no se alinean.
Investigar a trabajadores de la CNDH a través de un software en la red interna de la comisión se convirtió en una práctica cotidiana. El espionaje a través del teléfono o su red, así como contratos con empresas de cómputo es lo que se comenzó a practicar, para mantener presión al interior de la comisión.
Por ejemplo, Luciana Montaño, coordinadora general de seguimiento de recomendaciones y de asuntos jurídicos ordenó a la encargada de Enlace Administrativo Dirección de Planeación la investigación de un chat identificado: “???”, el cual —según ella— fue usado para filtrar información “tendenciosa” y hasta documentos de la Comisión. A través del oficio número CNDH/CGSRAJ/C1/5470/2021 hizo la exigencia.
Otro frente abierto en el interior de la CNDH es que el que abrió Estrada Correa contra a quienes se les consideraba aliados de Rosario Piedra como Carlos Fazio, Anabel Mañón y Andrés Henestrosa; sin embargo, ellos fueron presionados y en otros boicoteados por los subalternos pertenecientes al grupo del secretario Ejecutivo. Y es que todo es favor de un grupo que, aunque se declara afín a Rosario Piedra, pero en realidad va en sentido contrario.
Los pasos de Estrada Correa son turbios. Se opuso a la elección de contralor y del consejo consultivo, para erigirse como el auténtico machuchón de la comisión. Con regularidad se le puede ver en los eventos públicos en los que un secretario ejecutivo no debería de estar siendo el protagonista, pero su trabajo e intereses rebasan su función. Así se mueve en la CNDH y mantiene su postura de ser emisario directo de la cuatroté.
Ante las presiones y el creciente descontento entre los empleados de la CNDH por la manera de actuar del grupo compacto, la presidenta de la CNDH, Rosario Piedra firmó el protocolo para la Prevención y atención del hostigamiento y/o acoso, sexual y/o laboral, cuyo propósito es prevenir y atender este tipo de prácticas al interior del organismo. Aunque a ojos de los trabajadores y extrabajadores en esta época de la CNDH esta fue la manera, de Piedra Ibarra, de reconocer que a su alrededor todas esas prácticas existen dentro de la institución que ella preside.
La existencia de presiones y contraórdenes en la CNDH, la convirtieron en un organismo inoperante, con deficiencias administrativas y, pero con personajes que utilizan a la institución como una plataforma alterna para sus beneficios personales y de grupo. Todo por el poder conferido a Estrada Correa ya que a final de cuentas se convirtió en el machuchón de la comisión.
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