- El proceso interno en la renovación de la dirigencia de la Concamin tiene un componente riesgoso. La tentación del dedazo. A José Abugaber, de la industria del calzado guanajuatense, ya se le endilgó la etiqueta del favorito de Cervantes Díaz para sucederlo.
Por: Israel Mendoza @imendozape
Justo en la época más complicada para las cámaras empresarias e industriales para establecer alianzas y diálogo con el gobierno de la cuatroté, nadie se puede dar el lujo de tener en la dirigencia de estos organismos a personajes titubeantes, tímidos o elegidos por la añosa costumbre del amiguismo. Sin embargo, Francisco Cervantes Díaz, presidente de la Confederación de Cámaras Industriales (Concamin) tiene en la mira a un sucesor sin importarle el costo político a futuro.
El proceso interno en la renovación de la dirigencia de la Concamin tiene un componente riesgoso. La tentación del dedazo. A José Abugaber, de la industria del calzado guanajuatense, ya se le endilgó la etiqueta del favorito de Cervantes Díaz para sucederlo.
Aunque recientemente, el candidato del Bajío metió el choclo. En la primera presentación de Pepe como se le conoce entre sus cercanos, no fue lo que se esperaba, ya que entre los miembros del Consejo Directivo de la confederación fue perceptible cierto nerviosismo, e incluso, algunos contratiempos o tropiezos durante su explicación. Eso sin contar que, en sus mensajes en las redes sociales, también se nota su falta de asesoría.
El estar cerca de Díaz Cervantes en la dirigencia de la confederación le ha costado caro en su imagen. Le hace sombra y la dirigencia la busca sólo para que el actual presidente de la confederación extienda su mandato a trasmano. El círculo de industriales que apoyan a Abugaber no ve mal que también tenga una afinidad hacia un sector del panismo que se encuentra asentado en la región del Bajío; pero la realidad es que Morena busca aliados no sumar adversarios.
A José Abugaber se le conoce como un industrial al que le gusta estar cercano al poder político. Por ello es que la dirigencia de la Concamin la busca dividir Díaz Cervantes para su beneficio. Hacer mancuerna con Abugaber es tener controlado al dirigente y los movimientos políticos moverlos desde la tenebra.
El país enfrenta una de sus peores crisis económicas y el trabajo informal, en este momento, es el termómetro confiable de que las cifras de generación de empleos están en números rojos.
La llegada de una nueva dirigencia debe ofrecer cifras alentadoras que estimulen la economía y la generación de empleos que, de manera natural, le abran las puertas en la secretaría de Economía y Palacio Nacional.
Si Abugaber tiene otras cifras para que los agremiados a la Concamin se conviertan en un potente generador de fuentes de empleo, el camino está abierto; sin embargo, en 2015 vivió una situación bochornosa.
Una trabajadora de su empresa de calzado “Comando” tomó la palabra para resaltar la cruda realidad que viven los empleados: inseguridad y bajos salarios.
Ante el candidato del PAN a la alcaldía de León, Héctor López Santillana, ella expresó que hoy en día tienen que cuidarse de que no les roben el poco dinero que ganan en la empresa. Todo se disfrazó de anécdota, pero la pedrada fue directa al ahora candidato a dirigir la Concamin, José Abugaber.
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