Por: Redacción/
Por discutir con seriedad y madurez la regulación de drogas en México, con un enfoque de salud y no desde una perspectiva criminalística, se pronunciaron diputados y especialistas. Resaltaron que ante la ineficacia de las estrategias antidrogas y el crecimiento del mercado ilícito, se requiere ordenar el consumo.
En el marco de la “Reforma a las políticas de drogas: una conversación sobre el estado del debate en México y en el mundo”, el diputado Manuel Huerta Martínez (Morena) urgió a discutir con seriedad y madurez la regulación de drogas en México. “Es una realidad, cuyo destino ya nos alcanzó y es la papa caliente en el país”. Consideró necesario analizar la “vulnerabilidad del estado de Derecho, porque es el trasfondo del problema”.
Afirmó que “hay demasiado fondo, porque se tiene que hablar de seguridad, que es uno de los temas torales. Por ello, me parece que tenemos que ser más serios en el manejo del tema, porque en el país en materia legislativa estamos demasiado atrasados”.
Sostuvo que es un tema bastante complejo que toca muchas aristas. Refirió la existencia de un libro llamado “El otro petróleo”, donde la droga, en este caso, es el otro petróleo, ya que no sólo es un estupefaciente, porque de ahí se puede sacar toda una industria y muchas cosas, por eso es demasiado complejo el problema; “el genio de la cannabis ha salido de la botella en el primer mundo, en nuestro país ese genio no ha salido de la botella”.
Aclaró que “México no es ni Uruguay ni Canadá para aplicar la misma estrategia que se ha implementado en esas naciones. Estos programas son muy románticos y conllevan un gran riesgo, estamos hablando de la cannabis, refiriéndonos a los opiáceos, pero está el otro riesgo, donde se quiebra el esquema, en los opioides, las drogas sintéticas y la heroína”.
“Si se regulariza la cannabis, está toda la industria de la heroína, y no podemos decir que vamos a ser como Uruguay, porque la idiosincrasia de México es otra, y referirse a ésta es manejar diversas aristas del ser humano sin verlo en un solo sentido o línea”.
Respecto a Guerrero, indicó que las estadísticas de la Secretaría de Gobernación lo ubican como el primer productor de cannabis, y a Sinaloa, el segundo.
El diputado Víctor Gabriel Varela López (Morena) consideró que este análisis de regularización debe realizarse desde un punto de vista de salud y no desde una perspectiva criminalística. Dijo que en el caso de las llamadas “drogas duras”, el tema será más difícil a causa de la resiliencia social.
“Ya hemos vivido más de una década de guerra contra el narcotráfico que nos ha llevado a una descomposición socio-económica”, lamentó.
Destacó que actualmente nuestro país ya cuenta con antecedentes jurisdiccionales sobre el consumo drogas.
La directora general de México Unido Contra la Delincuencia (MUCD), Lisa María Sánchez Ortega, explicó que México tiene todas las posibilidades para hacer una regulación de forma seria, además de que cuenta con una variedad de propuestas legislativas, algunas aportadas por la sociedad y organizaciones civiles, aunque, comentó: “se debe comenzar invitando a pequeños productores a registrarse y evitar crear un gigante comercial en la materia”.
Aclaró que incluir a los pequeños productores en un registro de personas dedicadas a la siembra y cosecha de esta planta, ayudaría a evitar a que sigan siendo víctimas del crimen organizado.
Indicó que es necesario comenzar a investigar sobre la regulación de drogas fuertes que pueden ser usadas en el aspecto de fabricación de medicamentos, especialmente para combatir el dolor en pacientes.
Comentó que expertos han calculado que México tiene un consumo neto anual de morfina para enfermos terminales menor al usado en el resto de países de América Latina; además, se importa tan sólo una tonelada, cuando deberían ser doce. “Esta morfina podría ser abastecida desde Guerrero, sin necesidad de pasar por toda esta violencia que estamos viviendo”.
Tania Ramírez, directora del Programa de Política de Drogas de MUCD, propuso identificar el papel activo del Poder Legislativo y del Ejecutivo para regular la cannabis, y reducir al mínimo los riesgos asociados a su uso, porque no es inocua, como no lo son otras sustancias consideradas legales actualmente.
El Poder Judicial ha establecido que el consumo de cannabis para uso adulto y personal está protegido por los derechos humanos y como parte del ejercicio de la libertad, en el marco del libre desarrollo de la personalidad, precisó.
“La Suprema Corte votó desde 2015 que todo el sistema de sanciones administrativas y prohibiciones sobre la cannabis es inconstitucional, y está en contra de nuestros derechos, que existen sistemas más efectivos, no para prohibir, pero sí para regular como se hacen con otras sustancias que son legales”, refirió. No es un caso aislado, ya que en abril y junio de este año, emitió la segunda y tercera decisión ratificando que la prohibición es inconstitucional.
Martin Jelsma, director del Programa de Drogas y Democracia del Transnational Institute de Países Bajos, indicó que ante la ineficacia de las estrategias antidrogas y el crecimiento del mercado ilícito, se observa una rápida expansión en la tendencia a regular legalmente el consumo de la cannabis, después de aprobarse en Uruguay y algunas entidades de Estados Unidos.
Además, la Comunidad del Caribe (Caricom) ha propuesto que los objetivos finales deberían eliminar el régimen que la prohíba, porque “ha demostrado ser ineficaz, injusto y ha causado más daño del que pretendía evitar”.
Apuntó que a pesar del interés de muchos países todavía es un gran tabú hablar sobre la regulación del consumo de la cannabis; no obstante abriría la posibilidad de comercio y permitiría que pequeños productores tradicionales pudieran abastecer a los emergentes espacios lícitos en el mercado global.
Por ello, informó que en Viena, Austria, se discutirá a partir de esta semana, dicha tendencia para preparar una evaluación y definir una postura en marzo del año próximo en el marco de las acciones que realiza la Organización de las Naciones Unidas sobre drogas.
Destacó la necesidad de priorizar el enfoque de salud, derechos humanos, proporcionalidad de penas, acceso a medicinas controladas, desaparición forzosa, discriminalizar el consumo y regular la posesión, así como vincularlo con los objetivos de desarrollo sostenido de la Agenda 2030.
Resaltó la importancia de que por primera vez en la historia la Organización Mundial de la Salud (OMS) revisa de forma crítica todos los productos, en cuya elaboración incluya la cannabis, para decidir si es posible reclasificarlos con base en evidencia científica, y presentar recomendaciones.
Steve Rolles, investigador del Centro de Estudios Transform del Reino Unido, aclaró que “la legalización de la cannabis no es el milagro para deshacernos de la delincuencia organizada, pero sí va a ayudar, porque les va a reducir sus ganancias y su poder”.
Afirmó que “no hay manera mágica” para regular el uso de la cannabis, pero la realidad que se presenta exige legalizar su consumo para que el gobierno organice correctamente su uso y se minimicen los riesgos. Destacó que existen controles en muchos productos riesgosos, y así se haría en este caso.
Aclaró que no es ni la liberalización ni relajar la ley, sino asegurar la presencia del Estado para regular los productos que actualmente no lo están. De establecerse un mercado legal sin esa acción, “nos vamos a deshacer de la delincuencia organizada, pero alentará más consumo con problemas de salud pública”.
La alternativa es que los gobiernos sean los que reglamenten la producción, seguridad, controles de calidad, precio, potencia, empaques, proveedores, licencias o clubes de membresías para controlar todo el mercado.
John Walsh, director de Políticas de Drogas y la Región Andina, de la Washington Office on Latin America de Estados Unidos, dijo que regular el uso de la cannabis no es un evento de un día al otro, sino un proceso práctico que ya ha empezado en otros países de la región.
“No se trata de algo teórico, sino de algo práctico, que es la organización del mercado; lo puede usar cualquier país, sólo debe encontrar el modelo que les funcione. Es algo que puede ofrecer grandes oportunidades para México”.
Destacó que a causa de las ventajas económicas y de seguridad que representa este mercado, en EU los estados van en una tendencia de legalización en el uso de estas drogas, incluso aquellos que son conservadores.
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