• Generar una política de Estado a mediano plazo implica voluntad, concordia y cooperación entre los sectores.

Por: Redacción/

México necesita concebir una política transexenal de Estado robusta y efectiva en ciencia, tecnología e innovación que funcione a mediano y largo plazos, consideró el doctor Jesús Álvarez Calderón, docente del Departamento de Ingeniería de Procesos e Hidráulica de la Unidad Iztapalapa de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM).

“Podemos hacerlo aunque haya enfrentamientos, pues tenemos la capacidad de reconciliarnos y enmendarnos, sólo se necesita voluntad, un poco de concordia y cooperación entre todos los sectores involucrados en esta discusión”, dijo el también Profesor Distinguido de esta casa de estrudios durante su participación en el ciclo UAM conCiencia El futuro de la ciencia en México.

El doctor Bernardo Bolaños Guerra, profesor-investigador del Departamento de Humanidades de la Unidad Cuajimalpa, reconoció que “en estos momentos estamos condenados a pugnas totalmente ideologizadas y vergonzosas, como ocurrió en su momento con las semillas transgénicas y después con la incapacidad para producir vacunas propias para hacer frente a la pandemia”.

Sin pretender defender al Foro Consultivo Científico, “considero que no podemos permitir que una diferencia ideológica lleve a criminalizar la participación social, porque la gran diferencia entre los dos proyectos –el del Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt) y el de la Iniciativa Ciudadana– es que uno incluye la participación social y el otro dice “como nosotros ganamos las elecciones decidimos todo y el ganador toma todo y si en la próxima elección el que gana es la extrema derecha también tomará todo”, agregó.

Entonces, “lo que habría que hacer es quizá ver si se dejan convencer los que han creído esa barbaridad de que era una burocracia dorada y por eso los están persiguiendo, pues aunque tuvieran la razón no se puede tratar a los adversarios como si fueran delincuentes”, ya que se estaría rompiendo el diálogo democrático, expuso el doctor en Filosofía por la Universidad de París 1.

“Debemos participar viendo una propuesta unificada de los científicos y la ciudadanía, opinando, apoyando, votando y sancionando a quienes no nos gusta como han hecho las cosas o ratificando a quien lo esté haciendo bien, pero siempre con una participación social amplia”.

En este contexto, el doctor Bolaños Guerra subrayó que la nueva Ley de Ciencia y Tecnología tiene que respetar la participación de inventores y tecnólogos que buscan que la sociedad se beneficie de la ciencia, a través de un comité estratégico nacional integrado por siete representantes del gobierno federal e igual número de los estados, entidades académicas, iniciativa privada y dos del Poder Legislativo.

“Estaríamos hablando de una gobernanza no vertical ni autoritaria, sino de algo más acorde con la evolución que hemos visto en los últimos años en el sector”, añadió el especialista en Derecho Ambiental de la UAM.

El doctor Álvarez Calderón consideró que el problema que persiste desde el sexenio anterior “es la ausencia de una política de Estado con definición de dónde estamos en ciencia y tecnología, hacia dónde queremos llegar y dónde deben estar involucrados los sectores estratégicos nacionales”.

Además, expuso que “no se ve un ente que articule un plan de país que determine si lo que se pretende es insertarnos en el concierto de las naciones como mano de obra barata o maquila intelectual de primera generación, así como dónde están las áreas de oportunidad y cuál es el plan a largo plazo”.

Partiendo de que lo que se busca es un país mejor y con más oportunidades para todos, “seguimos sin ver el diagnóstico, al director de orquesta, que es el Estado, ni cuál es la partitura o cuánto tiempo va a durar el proceso”, finalizó.

Con el tema Ley General de Ciencia, Tecnología e Innovación. Una propuesta de la comunidad científica, la sesión del ciclo UAM conCiencia, que organiza la Dirección de Apoyo a la Investigación de la Casa abierta al tiempo, fue moderada por el doctor Rafael Bojalil Parra, académico del Departamento de Atención a la Salud de la Unidad Xochimilco, quien reiteró el rechazo a la criminalización de 31 investigadores en una acción aparente para frenar cualquier crítica a la iniciativa del gobierno.