Por: Redacción/
El viernes pasado me tocó apoyar en un evento para las familias en la preparatoria donde presto mis servicios como docente; la actividad consistía en un “rally” donde padres e hijos hacían equipos con otros compañeros de la escuela sin importar el grado al que pertenecen para recorrer una serie de estaciones con actividades previamente diseñadas con la finalidad de superar las pruebas y avanzar a lo largo del recorrido hasta conseguir el mayor número de triunfos y así convertirse en el equipo campeón del rally.
La realidad lo de menos fue quién ganó pues todos se divirtieron a lo grande, los participantes corrían de una actividad a otra acompañados por su papá, mamá o hasta hermanos mayores, sin dudar en realizar los retos y aun cuando no conseguían ganar en alguna de las estaciones se iban a la siguiente con una gran sonrisa en la boca y con mucho ánimo de continuar y seguir disfrutando la mañana, la cual por cierto acompañó con un clima favorable.
Ver a las familias conviviendo me hizo reflexionar sobre la relevancia que adquiere en los jóvenes no solo la convivencia sino el saber que sus familiares se ocupan y le dan importancia a sus actividades, dándose un tiempo haciendo por un solo día de lado sus labores y ocupaciones diarias para estar con ellos y compartir algo que parece tan simple pero que en el fondo aunque al chico le cueste reconocer significa mucho en su crecimiento físico, psicológico y personal.
Me llamó la atención saber que había padres de familia que pidieron permiso en su trabajo, algunos dejaron juntas importantes, otros pospusieron algún viaje pero lo mejor con lo que me encontré fue ver a padres que ya no viven con sus hijos por una u otra razón (la más común por divorcio) y aun así hicieron a un lado sus problemas personales para poner en primer lugar el bienestar y la alegría de sus vástagos. Y es que es genial que los padres comprendan que el divorcio no los exime de ser padres, por el contrario les exige un trabajo mayor y más dedicado.
En estos tiempos en que los jóvenes son blanco fácil de las malas decisiones, los vicios y las malas compañías solo existe una solución para evitarlo o bien para corregirlo y esto es sin duda alguna la familia, los padres de familia y un ambiente sano lleno de amor y confianza. Ciertamente los chicos a la edad se secundaria y preparatoria se quieren sentir autosuficientes, independientes y todopoderosos, pero nosotros sabemos que no es así, pues siempre son y serán dependientes del amor de sus padres y que son más vulnerables de lo que ellos se imaginan.
Por ello invito a los padres de familia que no dejen la educación familiar a la escuela pues ésta es incapaz de brindarla de tal forma que aunque los profesores llegamos a encariñarnos mucho con los chicos también tenemos nuestra propia familia, nuestros hijos a quien educar y amar por lo que al final aunque queramos jamás podremos ofrecerles a sus hijos lo que solo es obligación de ustedes.
Quiero decirles (aunque sé que muchos ya lo saben) que aún cuando sus chicos les digan que no les interesa que participen de sus actividades, en realidad se lo están pidiendo a gritos que no hay nada más gratificante para ellos que como padres se puedan involucrar y hacerse presentes en los actos escolares y sobre todo personales a los que día a día se enfrentan, recuerden que ellos no decidieron ser hijos pero nosotros sí decidimos ser padres.
Finalmente quiero felicitar a la Escuela Preparatoria Oficial número 100, a sus directivos, los orientadores, los profesores y todos aquellos que hicieron posible tan edificante evento de convivencia, el cual dicho sea de paso fue todo un éxito, tuvo una organización impecable aun cuando la cantidad de participantes fue sorprendente y sobre todo los resultados superaron por mucho lo esperado, pues aún los profesores disfrutamos nuestro trabajo en el evento sin poner de pretexto el tiempo y el trabajo extra realizado. Sin duda alguna seguiré participando en este tipo de eventos y cuando se requiera mi participación lo haré con mucho gusto y con toda mi disposición.
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