Por: Redacción/
Por quinto año consecutivo, en 2017, las guerras, otras formas de violencia y persecución incrementaron el desplazamiento forzado en el mundo, siendo el conflicto en la República Democrática del Congo, la guerra de Sudán del Sur y la huida a Myanmar de miles de refugiados Rohingya los eventos más críticos.
En su informe anual Tendencia Globales, publicado hoy, ACNUR, la Agencia de las Naciones Unidas para los Refugiados, da a conocer que a finales de 2017, la cifra de personas desplazadas forzosamente en el mundo alcanzó los 68.5 millones. De esas personas, 16.2 millones se desplazaron en 2017, lo que equivale a 44,500 personas desplazadas cada día y a una persona desplazada cada dos segundos.
Los refugiados que huyeron de sus países para escapar del conflicto y la persecución alcanzaron los 25.4 millones, esto es 2.9 millones más que en 2016, el mayor aumento que el ACNUR ha visto en un solo año. Alrededor de 85% de los refugiados se encuentran en países en desarrollo. Mientras tanto, los solicitantes de asilo alcanzaron los 3.1 millones. Las personas desplazadas dentro de su propio país fueron 40 millones, poco menos de los 40.3 millones en 2016.
Actualmente, una de cada 110 personas en el mundo ha sido desplazada por conflictos, violencia o persecución.
Continente americano
El continente americano también enfrenta situaciones urgentes que en gran medida están siendo invisibilizadas en el contexto global. Entre los principales desafíos de la región se encuentran los movimientos de personas desde el norte de Centroamérica, países desde donde se observa un notable incremento de solicitantes de asilo y refugiados, debido principalmente a la violencia a causa de las pandillas y el crimen organizado.
Más de 294,000 solicitantes de asilo y refugiados del Norte de Centroamérica (Honduras, El Salvador y Guatemala) se registraron a nivel mundial a fines de 2017, un aumento de 58 por ciento en comparación con el año anterior. Esto es 16 veces más personas que a fines de 2011. Entre 2011 y 2017, se realizaron 350,000 solicitudes de refugiados del Norte de Centroamérica a nivel mundial, de las cuales casi 130,500 se presentaron en 2017. La gran mayoría de los que huyen de Honduras, El Salvador y Guatemala, buscan protección como refugiados en países del norte como Estados Unidos y México, pero también en número creciente en otros países centroamericanos (Belice, Costa Rica y Panamá).
En México, según cifras oficiales, las solicitudes del reconocimiento de la condición de refugiado aumentaron 1,026% entre 2013 y 2017, al pasar de 1,296 a 14,596. En 2016, 90 por ciento de los solicitantes de la condición de refugiado fueron de Honduras, Guatemala y El Salvador. Sin embargo, en 2017, el porcentaje de solicitudes provenientes de estos tres países se redujo a 59 por ciento, mientras que los venezolanos representaron 28 por ciento.
La compleja situación socioeconómica y política en Venezuela ha causado que más de 1.5 millones de venezolanos se muden a los países vecinos y más allá. Sus principales destinos fueron Brasil, Colombia, Costa Rica, México, Perú, España y Estados Unidos. Según cifras proporcionadas por los gobiernos anfitriones, más de 166,000 venezolanos presentaron nuevas solicitudes de asilo entre 2015 y 2017, tres cuartas partes de las cuales fueron en 2017. Sin embargo, la mayoría de los venezolanos se encuentra en una situación irregular. Algunos países de la región han establecido medidas alternativas como el permiso de residencia temporal, visas de migración laboral y visas humanitarias para permitir a las personas permanecer en el país y tener acceso a los derechos básicos. El ACNUR está trabajando con gobiernos y socios como la Organización Internacional para las Migraciones en América Latina y el Caribe para establecer una respuesta coordinada e integral a la situación de Venezuela.
En 2017, los venezolanos se ubicaron como la segunda nacionalidad de solicitantes de la condición de refugiado en México, sólo después de Honduras, con 4,042 solicitantes. Aunque los venezolanos que solicitan la condición de refugiado en México han incrementado de manera exponencial desde 2016, el número sigue siendo muy reducido en comparación con los venezolanos que llegan a otros países de la región.
Durante 2017, las autoridades mexicanas reconocieron a 2,825 personas como refugiadas, o les brindaron protección complementaria. El número de personas reconocidas como refugiadas en 2017 bajó 27% respecto al número de 2016, en gran medida por la capacidad limitada de la Comisión Mexicana de Ayuda a Refugiados (COMAR), agravada por el impacto del sismo del 19 de septiembre. Al terminar el año, 52.9% de las personas que solicitaron la condición de refugiado en 2017 estaban a la espera de una decisión. Según el informe Tendencias Globales, México terminó 2017 con 9,017 refugiados.
En general, pese al incremento en las solicitudes de la condición de refugiado en los últimos años en México, éstas siguen siendo una reducida proporción de las miles de personas que son detenidas y devueltas cada año a sus países de origen por las autoridades migratorias mexicanas. El número es reducido también tomando en cuenta el tamaño de México. De hecho, en términos per cápita, con las cifras de 2017 México tiene 7 refugiados por 100,000 habitantes.
Lamentablemente, a nivel global las soluciones siguen siendo escasas. Las guerras y los conflictos continuaron siendo los principales impulsores con poco progreso visible hacia la paz. Alrededor de 5 millones de personas pudieron regresar a sus hogares en 2017, y la gran mayoría regresó de los desplazamientos internos, pero entre ellos se encontraban personas que regresaban bajo coacción o hacia contextos frágiles. Debido a una disminución en el número de lugares de reasentamiento, el número de refugiados reasentados se redujo en más del 40 por ciento a unas 100,000 personas.
“Estamos en un punto decisivo, donde el éxito en la gestión del desplazamiento forzado a nivel mundial requiere un enfoque nuevo y mucho más amplio para que los países y las comunidades no se queden solos”, dijo el Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados, Filippo Grandi. “Pero hay razones para algunas esperanzas”. Catorce países ya están iniciando un nuevo plan para responder a las situaciones de los refugiados y en cuestión de meses un nuevo Pacto Mundial sobre los Refugiados estará listo para su aprobación por la Asamblea General de las Naciones Unidas. De estos países, seis son del continente americano: México, Belice, Honduras, Panamá, Costa Rica y Guatemala.
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