Por: Redacción
Los problemas de desigualdad y vulnerabilidad son una realidad manifiesta que está relacionada con lo que sucede en el entorno parental, a través de comportamientos que se han internalizado y de alguna manera naturalizado y reproducido, señaló el maestro Raúl Romero Ruiz, profesor-investigador de la Unidad Iztapalapa de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM).
El proyecto de investigación Reproducción heredada de esquemas de desigualdad y vulnerabilidad en la estructura familiar y sus generaciones. Controversias entre el construir apegos y heredar arraigos (caso alumnos de UAM-I), encabezado por el académico visitante del Departamento de Sociología, analiza las prácticas cotidianas que se adquieren en el contexto en que se nace y que son repetidas pensando que se trata de una condición de normalidad.
El objetivo fue identificar cómo es expresada la vulnerabilidad femenina en la comunidad estudiantil de la Unidad Iztapalapa mediante una muestra conformada por mujeres y hombres de las divisiones de Ciencias Básicas e Ingeniería, Ciencias Biológicas y de la Salud y Ciencias Sociales y Humanidades de esa sede universitaria, provenientes del Estado de México, Tlaxcala e Hidalgo, donde las estructuras consanguíneas son patriarcales en su mayoría.
La intención fue reflexionar sobre las relaciones intrafamiliares en que se devela una suerte de diagnóstico de los jóvenes en torno a la reproducción de códigos inequitativos, que se viven en ciertos esquemas parentales y que eventualmente se reproducen en la universidad y se convierten en situaciones de fragilidad.
El núcleo doméstico que genera los valores al interior de la familia sigue siendo la célula de la institucionalidad en México como puede constatarse, por ejemplo, en los discursos de los gobernantes, por ello es importante pensar en un cambio de este concepto, precisó el académico.
El tratamiento metodológico de la línea de investigación fue cualitativo y el trabajo fue planteado a partir de relatos de vida de los entrevistados, haciendo un análisis tanto del contenido y estructura de la narrativa, como de la forma en que se proyecta, produce y establece un punto de partida para plasmar la individualidad en relación con los demás.
En el estudio fueron diseñadas tres categorías para tratar las narrativas de los entrevistados: la primera referida a la condición de ser hombre o ser mujer; la segunda, a la de ser estudiante y la tercera, y más importante desde el punto de vista del trabajo, a la dimensión del sentido de parentela.
Las principales evidencias están ligadas a un negativo arraigo familiar en el que se determinan formas de reproducir cuadros críticos de disparidad que generan sólidos nódulos de vulnerabilidad.
El investigador explicó que una de las conclusiones del estudio es que la naturalización de ser endeble en el ámbito educativo es producto de la reproducción de esquemas disímiles en el contexto parental y agregó que permanecen betas que se mantienen arraigadas y estáticas, condición central que permite puntualizar códigos de inequidad y fragilidad, particularmente para la población femenina.
Romero Ruiz expuso que la familia es la célula básica del desarrollo biopsicosocial del hombre y tiene entre sus funciones proteger la vida y la crianza, favorecer el desarrollo sano de cada uno de los miembros, así como la transmisión de las costumbres y las tradiciones que conforman la cultura original de cada pueblo.
Esto marca los arraigos que en muchos casos suelen ser fatalistas y los comportamientos que se reproducen y se llevan hacia otros lugares; por otro lado, los apegos tienen una condición menos enraizada a la parentela en ciertos saberes y estructuras de formas de ser, agregó.
La investigación determinó que también hay disidencias sociales sobre el concepto de familia que ponen en tela de juicio su sentido ontológico desde una perspectiva que legitima la tesis dialéctica entre lo familístico y lo antifamilístico.
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