Por: Oswaldo Rojas
Integrantes del senado de la República analizan la situación de las ciudades en México, ya que consideran que los desarrollos inmobiliarios como Nuevo Polanco han afectado servicios en zonas marginales, señaló la legisladora Ana Lilia Herrera Anzaldo.
Senadores, funcionarios y especialistas llevaron a cabo este miércoles el Diálogo para la Ciudad del Siglo XXI, con el objetivo de analizar los retos de las metrópolis mexicanas, para consolidarse como urbes compactas, conectadas, sustentables, inteligentes, incluyentes y como catalizadores de desarrollo.
En la mesa de análisis “Ciudad Compacta y Conectada”, la senadora Ana Lilia Herrera Anzaldo expresó que durante las últimas décadas se dio una expansión desordenada del Distrito Federal, donde la incorporación de tres de cada cuatro hectáreas a la mancha urbana, se realizó de manera irregular.
La presidenta del Grupo Mexicano de Parlamentarios para el Hábitat indicó que en el nuevo desarrollo inmobiliario, denominado Nuevo Polanco, ha provocado el incremento de la población en esa zona en 97 por ciento en tan solo tres años, pues en 2010 había 36 mil 126 habitantes, y en 2013, más de 72 mil.
Hizo notar que el crecimiento de este desarrollo ha ocasionado que las personas que viven en la zona pobre de la delegación Miguel Hidalgo no tengan servicios adecuados ni agua, por lo es necesario apostar a la sustentabilidad y no permitir que el mercado condicione la creación de vivienda; el Estado debe asumir su papel regulador, que vele por el interés de las mayorías, apuntó.
Rodrigo Alejandro Nieto Enríquez, subsecretario de Desarrollo Urbano y Vivienda de la Sedatu, alertó que una mala implementación de las políticas concentradoras para evitar la expansión de la mancha urbana incrementaría el valor del suelo en las ciudades y posteriormente los procesos de exclusión territorial de la gente de menos ingresos.
En este sentido, propuso diseñar nuevas políticas públicas para obligar, por ley, a las inmobiliarias a que un porcentaje de sus desarrollos habitacionales sea destinado para producir vivienda para aquellas personas que tengan un nivel inferior de ingresos.
Los proyectos habitacionales, aún en el Nuevo Polanco, deben contemplar a gente de distintos ingresos para evitar la expulsión de los ciudadanos que de menores ingresos.
Catherine Paquette, investigadora en el Instituto de Investigación para el Desarrollo (IRD), dijo que para limitar el crecimiento periférico del Distrito Federal es necesario crear vivienda accesible dentro de la ciudad, mediante mecanismos de financiamiento y subsidios.
Bernardo Baranda, director para América Latina del Instituto de Políticas para el Transporte y el Desarrollo (ITDP), consideró que para que exista un transporte de calidad y mejorar los servicios de movilidad es fundamental que se integren los planes de desarrollo urbano con los del transporte público.
Opinó que no sólo se debe priorizar en la integración de los sistemas de transporte masivo sino fortalecer los “eslabones más débiles”; por ejemplo, los trayectos que los ciudadanos hacen dentro sus propias colonias con distintos medios de transporte.
Posteriormente, en el panel “Cuidad Incluyente e Inteligente”, Rafael García, de Transparencia Mexicana, comentó que el convertir el Distrito Federal en una ciudad de este tipo debe verse como una responsabilidad individual y colectiva y no como una demagogia política.
Hizo notar que la Ciudad de México es el escenario donde se mueven las fronteras de los derechos civiles para los mexicanos y no sólo para los capitalinos, por lo que debe seguir siendo una comunidad que da la bienvenida a quienes quieren ampliar las garantías de las personas en México.
Gabriela Gómez Mont, directora de Laboratorio para la Ciudad, consideró que la tecnología podría funcionar dentro de las ciudades como un posible articulador social que cierre brechas existentes, además de ser una herramienta “muy potente” para la democracia.
Chloé Pinty, de la Agencia Francesa de Desarrollo en México, dijo que en una ciudad inteligente es primordial que existan asociaciones entre el sector público con el privado; por ejemplo, indicó, en el funcionamiento de los sistemas de bicicletas.
En la mesa Espacio Público: catalizador del desarrollo urbano, María Dolores Franco, coordinadora nacional de programas de ONU-Hábitat, aseguró que la Ciudad de México ha tomado decisiones trascendentales para poner en la agenda de la política de desarrollo urbano el tema de los espacios públicos, el cual había sido descuidado.
También destacó que uno de los grandes retos que tiene México es elevar la calidad de este tipo de espacios y empezar a diversificar e innovar para ofrecer a los habitantes urbanos dinámicas que les permita sentirse más identificados con ese territorio.
Dhyana Quintanar Solares, coordinadora de la Autoridad del Espacio Público del DF, mencionó que la mejor forma de distribuir la riqueza en la metrópoli es que las personas de todos los niveles económicos puedan tener el miso acceso a la ciudad, a la seguridad, a la convivencia y el esparcimiento, mediante los espacios públicos.
También participaron en esta jornada Constanza Gómez Mont, de la Organización PIDES: Innovación Social, Alejandro Maza, de Open Intelligence México, Guénola Capron, profesora de la UAM Azcapotzalco,
Guadalupe González Chávez, académica del Consejo Mexicano de Asuntos Internacionales, Carlos Brown, asesor económico y León Aceves, director de la Escuela de Administración Pública del DF.
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