Por: Redacción
Integrantes del Departamento de Patología Bucal, liderados por Javier Portilla Robertson, de la División de Estudios de Posgrado de la Facultad de Odontología (FO) de la UNAM, desarrollaron el primer kit de diagnóstico para cáncer bucal, que con sólo tres pasos, y en 24 horas, permite saber si una lesión es maligna.
La innovación, dirigida a especialistas de la salud de universidades, hospitales, o para la práctica privada, también puede ser útil en el área de la dermatología y otorrinolaringología, informó José Arturo Fernández Pedrero, director de la entidad universitaria, en conferencia con medios.
Este desarrollo surge de la necesidad de detectar el padecimiento lo antes posible, pues en la práctica cotidiana los dentistas, odontopediatras, ortodoncistas, endodoncistas o protesistas –que no son patólogos– encuentran lesiones que pueden transformarse o enmascarar un cáncer, pero no las reconocen.
Así, en la Facultad, a través del Centro de Diagnóstico Virtual de Patología Bucal y Maxilofacial (CEDIVIPA), “tratamos de detectar a tiempo esa enfermedad y salvar la vida de los pacientes”, subrayó Fernández Pedrero en la Sala del Consejo Técnico de la FO.
Estamos viviendo lo que podría ser una epidemia de cáncer bucal, especialmente entre mujeres jóvenes, resaltó Portilla Robertson. Se trata de casos no asociados a tabaquismo, sexo oral frecuente o la presencia del virus del papiloma humano. Simplemente el sistema biológico de la persona desarrolla el padecimiento que, además, es muy agresivo, más que el del señor que ha fumado 50 años.
“En nuestra experiencia, en los últimos 35 años del servicio de biopsias que tenemos en el posgrado, la incidencia ha aumentado 400 por ciento”. Hace 40 años había ocho hombres afectados por cada mujer, y hoy son 1.5 por una. Si la tendencia sigue, ellas presentarán con más frecuencia la enfermedad.
El kit de diagnóstico en tres pasos para cáncer bucal, desarrollado cien por ciento en la FO, contiene un instructivo donde se establece qué hacer para obtener la muestra que se utilizará en una biopsia, y la información pertinente para establecer comunicación con el CEDIVIPA.
Contiene pequeños frascos con ácido acético y azul de toluidina –que desde hace años se utiliza para teñir el tejido potencialmente dañino– para identificar la lesión después de haberla “biopsiado” con un punch desechable y estéril, que también se incluye; además, dos frascos de formol al 10 por ciento para preservar la muestra.
La idea es que un dentista que encuentre una lesión que le provoque duda se ponga en contacto con el Centro. Ahí, vía chat se le asesora en la exploración para determinar la naturaleza de la lesión y tratamiento. Asimismo, se solicita el envío de una fotografía por teléfono celular para que los patólogos del departamento orienten al profesionista, y si está indicado, la toma de la biopsia, expuso Fernández Pedrero.
Ya en el laboratorio de patología de la FO, con ayuda de equipos avanzados, en un día es posible obtener un diagnóstico. Todo el estudio es gratuito y no se requiere que el paciente se desplace. “Queremos que un dentista de cualquier lugar de la República pueda utilizar el kit y salvar a más pacientes”, dijo el director.
En tanto, Portilla señaló que, incluso, se han dado casos en los que los propios pacientes se toman la foto de la lesión, la envían al Centro y se les toma la biopsia en las instalaciones de la Facultad, o son referidos a la institución de salud correspondiente. “Tenemos la satisfacción de decir que este esfuerzo ya comenzó a salvar vidas, y ahora queremos que esto sea extensivo”.
La innovación, desarrollada en colaboración con la empresa Medical Biosecurity Products, y que cumple con los requisitos de la Comisión Federal para la Protección contra Riesgos Sanitarios, es útil para la detección de cáncer bucal o de piel en cualquier etapa. Asimismo, tiene la ventaja de que no caduca, dijo Fernández Pedrero.
En una primera fase, se contará con dos mil equipos que serán distribuidos, sin costo, en escuelas y facultades de odontología, así como en hospitales del país y centros de salud de la Ciudad de México. Después, estarán disponibles en el mercado.
Además, se llevará un registro nacional de lesiones bucales, que no existe hasta la fecha, para hacer un mapeo de los factores de riesgo y prevalencia, y poder establecer medidas preventivas dónde se presenten más lesiones potencialmente cancerígenas, finalizaron los especialistas.
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