Por: Redacción
Un grupo multidisciplinario de la Unidad Iztapalapa de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM) trabaja en el desarrollo de productos alimenticios que permitan controlar la reproducción de fauna nociva para la salud humana, incluidos perros callejeros.
Investigadores y alumnos de las licenciaturas en Biología Experimental y Biología, las maestrías en Biología, Biología Experimental y Biología de la Reproducción Animal, y del Doctorado en Ciencias Biológicas y de la Salud de esta casa de estudios y de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) buscan controlar la población canina por medio de un método innocuo y no invasivo para el animal, ya que los actuales no son tan adecuados.
El doctor Héctor Serrano, responsable del Laboratorio de Biología Molecular y Regulación Endócrina de la Casa abierta al tiempo, destacó que si bien aún no es posible hablar de una “croqueta anticonceptiva” para inhibir la reproducción canina callejera, el objetivo es contar con productos de administración simple –por vía oral– para lograrlo, como ya es aplicado en palomas y murciélagos.
En 20 años de experiencia han creado tratamientos basados en la respuesta inmune y en disruptores endócrinos naturales dirigidos a roedores, murciélagos hematófagos –llamados vampiros– y a perros machos, en la actualidad el enfoque está orientado a protocolos de modelos diferentes que incluyen roedores –ratas y ratones– y perras.
El investigador del Departamento de Ciencias de la Salud expuso que en este periodo se ha dedicado al desarrollo y aplicación de métodos que regulen la fertilidad de especies que son consideradas nocivas: palomas, ratas y perros, que suelen acarrear numerosos problemas sociales y de salud.
Una ventaja de los procedimientos propuestos es el uso de compuestos de origen vegetal de alta aceptación y efectos positivos; en el caso de murciélagos se observó que ese tipo de elementos impactaba en la producción de gametos del macho, pero también inducía alteraciones en las hembras.
El doctor Héctor Serrano precisó que la tesis de maestría de la alumna Sheila Irais Peña Corona propone un sistema de cultivo tridimensional in vitro, cuyas consecuencias en el desarrollo de folículos maduros –necesarios para la reproducción en perras– es la inhibición de la fertilidad potencial.
“No podemos hablar todavía de una croqueta anticonceptiva, sin embargo hemos visto que los tratamientos producen modificaciones importantes en los parámetros reproductivos”.
En el estudio in vivo –tema de Doctorado de Peña Corona– si bien es alterada la fertilidad de las hembras tratadas, tampoco puede hablarse de una secuela total, pues es necesario continuar las investigaciones, aun cuando hay resultados relevantes: el registro de un desfasamiento entre las concentraciones de hormonas indispensables para la reproducción y las características del tejido uterino “nos hace pensar que el camino es el adecuado”.
Para este proyecto se ha trabajado con una población muy pequeña de perras –menos de 20 ejemplares– lo que ha arrojado datos que deben seguirse evaluando, ya que “estamos en una etapa crucial, pero sería muy arriesgado decir que ya tenemos una croqueta anticonceptiva” para estas especies.
El grupo de investigación aspira a lograr un producto que funcione, tanto para hembras como para machos y en cuanto a estos últimos tiene ya una serie de publicaciones y varias tesis de maestría y doctorado que muestran que van por el rumbo correcto.
El doctor Serrano añadió que para roedores hay un producto de administración oral que transforma la viabilidad de los embriones y que para palomas existe otro alimento que disminuye la capacidad de fertilidad de los huevos.
En el Laboratorio de Biología Molecular y Regulación Endócrina se labora desde un enfoque multidisciplinario, por lo que hay alumnos dedicados a los niveles celular, bioquímico, molecular, endócrino y de respuesta inmune, entre otros campos de estudio.
Peña Corona –licenciada y maestra en Biología Experimental por la UAM, formada en el propio Laboratorio y doctorante en la UNAM con asesoría del doctor Serrano– explicó que ante la gran cantidad de perros callejeros en la capital, su propósito es elaborar una croqueta que inhiba uno o dos celos en las hembras, lo que provocaría que al menos por un año no tuvieran crías.
Si bien no hay información precisa sobre las especies del tipo que viven en la calle, la Secretaría de Salud calcula que más de un millón 200,000 deambulan por las diferentes delegaciones y alrededor de 23 millones en todo el país, de acuerdo con la Organización Animal Héroes.
La esterilización quirúrgica es invasiva, requiere la intervención de personal calificado y cuidados pre y posoperatorios, en tanto que la anticoncepción hormonal causa mastitis y enfermedades bacterianas, por ejemplo piometra.
Al inicio de la indagación fue instrumentada una metodología de cultivo celular en tres dimensiones que consiste “en introducir en una microcápsula un fragmento de ovario que permite la exposición directa del tejido al disruptor, con lo que pudimos determinar los genes cuya expresión se altera”. Esta información se llevó a un sistema in vivo.
Peña Corona resaltó que trabajan con hembras a las que se les aplica una dosis ínfima de croqueta y aunque los perros de la calle no tienen dueño ni quién les dé de comer, la propia búsqueda de alimento facilitaría la posibilidad de desplegar políticas públicas para que este producto llegue a los animales donde representan un problema de salud pública.
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