Por: Redacción/
La Universidad Autónoma Metropolitana (UAM), a través del Departamento de Atención a la Salud de la Unidad Xochimilco, ofrece asesoría nutricional especializada con el propósito de remediar los problemas alimentarios y de distribución y organización de víveres en los centros de acopio y albergues establecidos con motivo del sismo del 19 de septiembre pasado.
La doctora Miriam Bertran Vilà, profesora-investigadora del Área de Educación y Salud de la citada sede académica, informó que con base en la evaluación de los mecanismos empleados para concentrar, distribuir e incluso preparar los alimentos durante la contingencia posterior al sismo, esta casa de estudios trabaja ya en el desarrollo de un protocolo alimentario a seguir por la sociedad civil en casos de desastres naturales.
El documento, señaló, deberá plantear cómo instalar y organizar los albergues junto con una guía nutricional culturalmente adecuada. “Así como se ha educado en cuanto a seguir las medidas de seguridad en casos de sismos, incendios y otras catástrofes, es necesaria una instrucción educativa en ese tema para situaciones de emergencia”.
Durante los días posteriores al sismo fue detectada una abundancia de comida preparada, así como de arroz, frijoles y pastas, productos con altos volúmenes de carbohidratos y carbonos simples, pero una escasa presencia de verduras, frutas, carnes, huevos, quesos y artículos frescos en general.
La especialista reconoció que más allá del valor nutritivo, la comida tiene referentes emocionales para la comunidad, “es uno de los primeros contactos con el mundo exterior desde el nacimiento que genera referentes de espacio, ocasión y familia, los cuales evocan recuerdos buenos, sensaciones agradables o desagradables”, por lo que en los albergues es importante impulsar la participación social para reencontrarse con esos recuerdos gratos.
“La solidaridad del pueblo mexicano ha sido ejemplar, se ha volcado en ayudar, pero sin un orden en gran número de centros de acopio ni una lista básica de alimentos puede generarse desperdicio o falta de comestibles”.
La experta en Aspectos Socioculturales de la Alimentación coincidió con las voces que han señalado que el sismo reafirmó que la sociedad está dispuesta a auxiliar, pero carece de organización, además de que tiene “desconfianza en los sistemas gubernamentales”, cuya falta de capacidad de respuesta quedó evidenciada.
A más de dos semanas del sismo aún hay población que necesita ayuda nutricional, pero se desconoce quiénes son, dónde están y la ayuda específica que requieren, finalizó.
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