• El objetivo, controlar su consumo para evitar daños a la salud que provocan la muerte, dice la diputada Del Castillo Ibarra 

 Por: Redacción/

Urge aumentar entre 35 y 80 por ciento el impuesto a bebidas alcohólicas y cigarros; un peso a aguas saborizadas y refrescos, y de 8 a 16 por ciento a la comida chatarra, para controlar su consumo y abatir enfermedades del corazón, pulmonares, diabetes y obesidad, planteó la diputada Erika Vanessa del Castillo Ibarra, en iniciativa de reformas a la Ley del Impuesto Especial sobre Producción y Servicios presentada en la Comisión Permanente del Congreso

La legisladora de Morena dijo que el objetivo de su propuesta, es disminuir el consumo de esos productos para proteger la salud de la población en general y evitar que esas enfermedades continúen al alza en la incidencia de muertes; además de generar mayor recaudación de impuestos para la construcción de infraestructura en el país, entre otros. 

Con ese propósito, planteó en su iniciativa reformar los numerales 1, 2 y 3, del inciso a), el párrafo primero del inciso c), el párrafo segundo del inciso g), y el párrafo primero del inciso j) de la fracción I del artículo 2o. de la referida legislación reglamentaria.  

Señaló que la mayoría de las muertes que se registran en la actual pandemia por el Covid-19,  están asociadas al grave problema de diabetes, obesidad, hipertensión y enfermedades del corazón, en gran parte por no haber aplicado, desde hace más de 10 años, una normatividad al etiquetado de los alimentos chatarra y evitar la facilidad en su compra. 

Sugirió a las autoridades que al elaborar  sus  estrategias  preventivas de gobierno, reconozcan que la elevada prevalencia de la obesidad y la diabetes en el conjunto de una población no se pueden achacar a una falta de fuerza de voluntad individual para renunciar a las grasas y dulces o hacer más ejercicio.  

 “El interés público debe estar sobre los intereses de las empresas”, apuntó. 

Señaló que esa condición es más grave entre la población de menores ingresos, de manera especial, en la población rural e indígena, donde enfermedades como la diabetes no era común hasta la llegada de la comida chatarra y las bebidas azucaradas. 

“El que quiera tomar alcohol, está en su derecho, no somos una sociedad moralina, pero que pague el costo social que esto tiene, sobre todo si se considera que su consumo aumenta el riesgo de obesidad de quien lo ingiere y su propensión a la diabetes”, expuso. 

El tabaquismo,  es una enfermedad en sí misma. Debe quedar claro que el Covid-19 es una enfermedad respiratoria, por lo que debe considerarse que el solo hecho de fumar, agrava el riesgo de contraer esa enfermedad, tanto a la persona que fuma como aquellas que de manera pasiva reciben el humo, concluyó.